Por: Ricardo Tribín Acosta
Empleando un poco la matemática en temas de comportamiento, quisiera compartir la creencia de algunos de que la serenidad es inversamente proporcional a las expectativas, lo cual trae consigo un corolario que expresaría que, mientras más expectativas tengamos y no las sepamos manejar mental y emocionalmente, mucho más cerca estaremos de permanecer alejados de la serenidad.
Y lo anterior como se prueba? Yo expresaría, de forma simple y sin complicaciones puesto que, cuando proyectamos quedándonos emocionalmente en el futuro, estaremos dándole cabida a frustraciones, temores, e iras, en los momentos en los que las cosas no nos salgan como nos las imaginamos, mientras que, si por el contrario planeamos para mañana, pero nos quedamos mentalmente en el hoy, la garantía de que pasemos días tranquilos serán bastante más probables.
A esto se le puede agregar que en el momento que aceptemos las situaciones tal y como ellas resulten, esto es la vida en los términos de ella, esta proporción se relacionara directamente con la serenidad. Aceptar es pues el estado ideal en los estados de comportamiento, ya que cuando ella se alcanza, los niveles de calidad de vida alcanzaran sus puntos óptimos.
Miami, Agosto 20 de 2012
