
El inspector inquirió: ¿pero qué María es esa? "Pues mi esposa, para que vea un tremendo choque entre dos trenes".
Es probable que este cuento sea una leyenda urbana o un chiste fácil, pero es un hecho que en el idioma coloquial venezolano, tradicionalmente cuando se llega a una situación límite o sin solución lo único que queda es "llamar a María". La expresión ya se usaba en el siglo XIX, tal vez apelando a la Virgen, esperando quizás un milagro, dado el conocido fervor mariano de los venezolanos. Menos probable es que para otros, más dados a la superstición, fuera una invocación a la inefable María Lionza, que no vayan a creer, pero también tiene sus fans. Sin embargo su origen al parecer es desconocido.
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