sábado, 31 de julio de 2010

EL MAR DE LOS COMEPIEDRA

Antonio A. Herrera-Vaillant

En toda la extrema izquierda existe un rasgo común, que en Latinoamérica carga especial intensidad. No se trata de ideología o terrorismo. Es la intensa y teatral cursilería que impregna sus gestos y discursos.

Se sienten protagonistas de gestas heroicas, discursean con prepotencia y agresividad, se aferran al dramático histrionismo, y toda su habla no es sino sarta de consignas encadenada con mitos. Cuando portan disfraz militar, agregan la grandilocuente oratoria de narrador de desfile militar: Tachín, tachín, tachín.

Sus delirios presumen de sublimes y se desbarrancan siempre por los bordes del ridículo.

También lo puedes ver en mi blog:
http://aherreravaillant.blog.com/