Desde hace casi quince meses la revolución siria ha ido evolucionando hasta estar muy próxima a una guerra civil
LAURA RIESTRALauranarm / madrid
reuters
Imagen de archivo de una protesta contra Al Assad
El Ejército se despliega en Trípoli ante la violencia sectaria
Casi quince meses. Cerca de 13.000 muertos. 500.000 desplazados internos. 73.000 refugiados en países vecinos. Muertes a diario y un conflicto que, a medida que pasa el tiempo, se aproxima más a una guerra civil.
Son las características que, desgraciadamente, a día de hoy reúne Siria. Un país cuyo gobernante, Bashar Al Assad, pese a su aislamiento internacional –con la excepción de determinados aliados- no cede a la hora de satisfacer las demandas de su pueblo. Una población cuya muerte y desgaste contemplamos a diario y que, desde fuera, suscita múltiples interrogantes que tienen al frente uno muy evidente: ¿Por qué no se interviene?
Son las características que, desgraciadamente, a día de hoy reúne Siria. Un país cuyo gobernante, Bashar Al Assad, pese a su aislamiento internacional –con la excepción de determinados aliados- no cede a la hora de satisfacer las demandas de su pueblo. Una población cuya muerte y desgaste contemplamos a diario y que, desde fuera, suscita múltiples interrogantes que tienen al frente uno muy evidente: ¿Por qué no se interviene?
continua