Roger Noriega | Thursday, April 12th,
Hugo Chávez ha tratado de ocultar durante 10 meses que está perdiendo la batalla contra el cáncer y está determinado a aparentar que sigue al mando del régimen y el futuro de la nación. Sin embargo, en Semana Santa las cámaras de televisión capturaron a Chávez rogando por su vida ante un crucifijo y su madre en su iglesia natal. Las emociones de Chávez sorprendieron a su círculo íntimo y llevaron a algunos a cuestionar su salud mental. Como resultado de ello, de acuerdo con mis fuentes al interior del palacio presidencial, el ministro de Defensa, Henry Rangel Silva, ha desarrollado un plan para imponer la ley marcial si la condición de Chávez se deteriora aun más y propicia cualquier tipo de inestabilidad.
Esto fue realmente dramático. ¿Por qué no hay nadie fuera de Venezuela prestando atención? Algunos cínicos en este país todavía creen que Chávez está exagerando su enfermedad para sacar provecho político, mientras que sus más fervientes seguidores esperan que tenga una recuperación milagrosa.
La oposición democrática cautelosamente se ha preparado para una elección presidencial competitiva fijada para el 7 de octubre – en contra de Chávez o un sustituto. Y los políticos de Washington y la mayoría de las capitales regionales están aparentemente dormidas mientras todo esto ocurre.
En mi opinión, la muerte inminente del caudillo venezolano podría poner al país en el camino hacia una crisis política y social. El cuadro militar instalado por Chávez en enero ya se está comportando como un régimen de facto decidido a mantenerse en el poder a toda costa. Y La Habana, Teherán, Moscú y Beijing se están moviendo para proteger sus intereses. Si el presidente de EE.UU., Barack Obama, demostrara algún tipo de preocupación en cuanto a esta situación podría comenzar a poner freno a la crisis en Venezuela, poner un alto a la agenda destructiva de Chávez y recuperar el rol de los Estados Unidos en
Esto fue realmente dramático. ¿Por qué no hay nadie fuera de Venezuela prestando atención? Algunos cínicos en este país todavía creen que Chávez está exagerando su enfermedad para sacar provecho político, mientras que sus más fervientes seguidores esperan que tenga una recuperación milagrosa.
La oposición democrática cautelosamente se ha preparado para una elección presidencial competitiva fijada para el 7 de octubre – en contra de Chávez o un sustituto. Y los políticos de Washington y la mayoría de las capitales regionales están aparentemente dormidas mientras todo esto ocurre.
En mi opinión, la muerte inminente del caudillo venezolano podría poner al país en el camino hacia una crisis política y social. El cuadro militar instalado por Chávez en enero ya se está comportando como un régimen de facto decidido a mantenerse en el poder a toda costa. Y La Habana, Teherán, Moscú y Beijing se están moviendo para proteger sus intereses. Si el presidente de EE.UU., Barack Obama, demostrara algún tipo de preocupación en cuanto a esta situación podría comenzar a poner freno a la crisis en Venezuela, poner un alto a la agenda destructiva de Chávez y recuperar el rol de los Estados Unidos en
http://interamericansecuritywatch.com/despues-de-chavez-un-narco-estado/