Las inmigrantes indocumentadas (desde la izq.) Dayanna Rebolledo, María Marroquín y Andrea Rosales unen sus manos antes de ser arrestadas el pasado 5 de abril en una protesta por su derecho a estudiar en Atlanta, Georgia.
David Goldman / AP
Maribel Hastings
Washington – "La pelota está en la cancha del Presidente", dijo la estudiante indocumentada María Marroquín reaccionando a la carta que enviaron 22 senadores demócratas al presidente Barack Obama solicitándole, entre otras cosas, que considere la acción diferida o suspensión de deportación para todos los jóvenes indocumentados que serían elegibles para el DREAM Act si el proyecto se promulgara.
Su historia es común a la de cientos de miles como ella. Fue traída de niña a Estados Unidos, en su caso cuando tenía 13 años de edad. Ahora tiene 23. Se recibió en diciembre de un colegio comunitario en Philadelphia con un grado asociado que le costó cinco años completar, pagándose los estudios de su propio bolsillo y pagando tres veces la matrícula que paga un residente. Se graduó con un promedio de 3.98. No puede ejercer su profesión porque no tiene documentos. Vive con el diario temor de ser detenida y eventualmente deportada. Más bien, ya fue detenida junto a un grupo de estudiantes que protestaba en Georgia en días atrás. Estando detenido, el grupo recibió una visita de agentes del Servicio de
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http://www.elnuevoherald.com/2011/04/25/927432/maribel-hastings-le-toca-jugar.html#ixzz1Kd1pXvZ5
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