Jesús Seguías
Era una noche cálida pero con mucha brisa en el Club de Macagua, en Puerto Ordaz. Un gerente de Edelca de alto rango llama a otro de su mismo nivel y le dice: “Hermano, vente para acá de inmediato, te tengo una sorpresa”.
El gerente se acerca y no puede creer lo que está viendo. Allí están sentados Celia Cruz, su marido Pedro Knight, y un hijo de este recién llegado de Cuba. Estos tenían 20 años sin poder verse (parte de la miserable división de los cubanos propiciada por Fidel Castro).
La cantante y su esposo llegaron casi clandestinos a Venezuela. La misión era encontrarse, también clandestinamente, con el hijo de Pedro quien llegó a Guayana junto a otros ingenieros electricistas que trabajaban para la Unión Eléctrica de Cuba, y quienes venían con la misión de ser entrenados por los técnicos y profesionales venezolanos en materia de electricidad.
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