Raspados en Economía
Por: Rodolfo Dasilva
rdasilva2005@gmail.com
Se nos fue el 2007. Los logros en economía del gobierno, fueron deficientes. Revisemos las variables más significativas, para calificar la gestión revolucionaria gubernamental.
Inflación.
Esta variable, de importancia capital para medir el desenvolvimiento de un gobierno, no pudo ser controlada, ni por los ministerios de la economía ni por el BCV, lo cual es una de sus funciones principales. La meta que se fijaron [12%] quedó rebasada con holgura [22%]. Lo peor, sabiendo que la causa está en el desmesurado gasto público, éste sigue en aumento y sin control [tampoco sin auditorías, ¡claro!]. ¡Raspados!
Desabastecimiento.
Si algo caracteriza una economía de crecimiento y bienestar, es que en el mercado se encuentren abundancia y variedad de productos. En el 2007, la incertidumbre de encontrar los productos de primera necesidad en los estantes, fue la característica resaltante. Cuando había leche, no había huevo. La azúcar fue perseguida al igual que el pollo y la carne de res. El aceite también brilló por su ausencia. Entonces, el 2007 fue un año de inflación con escasez. ¡Raspados!
Control de precios
La única medida que se le ha ocurrido a este gobierno para detener el aumento de los precios, es el “control de precios”. Por supuesto, no sólo no ha sido efectiva, sino que degeneró en escasez, así como también degeneró es desestímulo a la industria nacional. ¡Raspados!
Importaciones.
Ningún país, por eficiente que sea, lo puede producir todo, siempre requiere de importaciones que le permita satisfacer las necesidades a los consumidores, en aquellos bienes que no produce la economía, pero de allí a depender de las importaciones [economía de puerto], es criminal para el país. No sólo que se crea una dependencia peligrosa y anti soberana para la nación, sino que atenta contra la creación de empleos, atenta contra la industria nacional y atenta contra la balanza de pago, llevándola a saldo rojo. ¡Raspados!
Desempleo.
Otra de las variables clave para medir la gestión económica de un gobierno, es la tasa de desempleo. Ésta, pese a que se trata de disfrazar con subterfugios [buhonerismo, misiones], tampoco han logrado bajarla a niveles aceptables. Lo peor, los altos ingresos petroleros hace que el gobierno prefiera las transferencias y las importaciones, que propiciar la creación de empleos estables y decentes. Además, el sector privado, que genera más de dos tercios de los empleos en el país, es blanco constante de los ataques del gobierno. ¡Raspados!
Control de cambio.
Un control de cambio persistente es una señal inequívoca de que no hay confianza en la economía nacional. Es una señal inequívoca de la vocación controladora de gobierno. Esta política ahuyenta las inversiones privadas, es decir, desestimula la creación de puestos de empleos; también desacelera la recaudación de impuestos no petroleros. ¡Raspados!
Petróleo.
Según el informe de fin de año del BCV, la industria petrolera se contrajo en un 5.3% en el 2007. Para un país monoproductor petrolero como Venezuela, esto es sencillamente, grave. Es decir, no han sabido cuidar a nuestra gallinita de los huevos de oro. ¡Raspados!
Podemos seguir con otras variables, pero por cuestiones de espacio lo dejaremos hasta aquí, además, los resultados será el mismo: raspados. De todas maneras: ¡feliz 2008!///
Por: Rodolfo Dasilva
rdasilva2005@gmail.com
Se nos fue el 2007. Los logros en economía del gobierno, fueron deficientes. Revisemos las variables más significativas, para calificar la gestión revolucionaria gubernamental.
Inflación.
Esta variable, de importancia capital para medir el desenvolvimiento de un gobierno, no pudo ser controlada, ni por los ministerios de la economía ni por el BCV, lo cual es una de sus funciones principales. La meta que se fijaron [12%] quedó rebasada con holgura [22%]. Lo peor, sabiendo que la causa está en el desmesurado gasto público, éste sigue en aumento y sin control [tampoco sin auditorías, ¡claro!]. ¡Raspados!
Desabastecimiento.
Si algo caracteriza una economía de crecimiento y bienestar, es que en el mercado se encuentren abundancia y variedad de productos. En el 2007, la incertidumbre de encontrar los productos de primera necesidad en los estantes, fue la característica resaltante. Cuando había leche, no había huevo. La azúcar fue perseguida al igual que el pollo y la carne de res. El aceite también brilló por su ausencia. Entonces, el 2007 fue un año de inflación con escasez. ¡Raspados!
Control de precios
La única medida que se le ha ocurrido a este gobierno para detener el aumento de los precios, es el “control de precios”. Por supuesto, no sólo no ha sido efectiva, sino que degeneró en escasez, así como también degeneró es desestímulo a la industria nacional. ¡Raspados!
Importaciones.
Ningún país, por eficiente que sea, lo puede producir todo, siempre requiere de importaciones que le permita satisfacer las necesidades a los consumidores, en aquellos bienes que no produce la economía, pero de allí a depender de las importaciones [economía de puerto], es criminal para el país. No sólo que se crea una dependencia peligrosa y anti soberana para la nación, sino que atenta contra la creación de empleos, atenta contra la industria nacional y atenta contra la balanza de pago, llevándola a saldo rojo. ¡Raspados!
Desempleo.
Otra de las variables clave para medir la gestión económica de un gobierno, es la tasa de desempleo. Ésta, pese a que se trata de disfrazar con subterfugios [buhonerismo, misiones], tampoco han logrado bajarla a niveles aceptables. Lo peor, los altos ingresos petroleros hace que el gobierno prefiera las transferencias y las importaciones, que propiciar la creación de empleos estables y decentes. Además, el sector privado, que genera más de dos tercios de los empleos en el país, es blanco constante de los ataques del gobierno. ¡Raspados!
Control de cambio.
Un control de cambio persistente es una señal inequívoca de que no hay confianza en la economía nacional. Es una señal inequívoca de la vocación controladora de gobierno. Esta política ahuyenta las inversiones privadas, es decir, desestimula la creación de puestos de empleos; también desacelera la recaudación de impuestos no petroleros. ¡Raspados!
Petróleo.
Según el informe de fin de año del BCV, la industria petrolera se contrajo en un 5.3% en el 2007. Para un país monoproductor petrolero como Venezuela, esto es sencillamente, grave. Es decir, no han sabido cuidar a nuestra gallinita de los huevos de oro. ¡Raspados!
Podemos seguir con otras variables, pero por cuestiones de espacio lo dejaremos hasta aquí, además, los resultados será el mismo: raspados. De todas maneras: ¡feliz 2008!///