Si no fuera por lo patético que terminan siendo las ridiculeces de Chávez provocaría morirse de la risa. Las dos más destacadas de la semana que termina son el desfile de las milicias bolivarianas que están dispuestas a dar hasta la última gota de sangre por el mariscal de Sabaneta y la decisión de despojar a la Academia Nacional de la Historia de los archivos de Bolívar y Miranda, este último, tal y como lo dejó el Generalísimo en 1812, según dice la respetada historiadora Inés Quintero. Vamos primero con la “Armada Brancaleone”, ese remedo de ejército del pueblo que parece más bien sacado de la película dirigida por Mario Monicelli, donde Vittorio Gasman hace las veces de un guerrero de medio pelo, que bien podría ser la caricatura de Hugo Chávez.
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