MOISÉS NAÍM
El jefe del Gobierno niega que la economía esté en crisis. Sus ministros y otros portavoces denuncian que hay una conspiración internacional de especuladores y medios de comunicación contra el país. Pero los problemas económicos siguen agravándose y se hace cada vez más difícil negar las dificultades. Se produce un cambio de ministros y se anuncia un nuevo plan para dinamizar la economía. El gobierno anuncia pronósticos optimistas con respecto al impacto que tendrán sus planes en el empleo, la inversión, la disminución de la deuda pública y los déficits que desestabilizan la economía. Al poco tiempo, se hace evidente que los pronósticos no se cumplirán y que, al contrario, la situación se agrava. El debate político se enardece, concentrándose en el intercambio de acusaciones acerca de quién es el culpable de la crisis. Los gobiernos anteriores, los partidos políticos, las elites económicas, ciertos grupos sociales o hasta individuos específicos son señalados. La polarización divide el país y el gobierno tiene cada vez menos sustento político para tomar decisiones difíciles.
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http://www.elpais.com/articulo/internacional/Crisis/espanola/guion/elpepiint/20100328elpepiint_7/Tes