viernes, 30 de enero de 2009

La paloma de la paz islámica



La paloma de la paz islámica
Abel Ibarra

La paz que les gusta a los terroristas del Hamás es la de los sepulcros donde son enterrados los muertos de Israel. Poco después de acordada la tregua en la Franja de Gaza, en la cual sirvieron de mediadores la Comunidad Europea, Estados Unidos y Egipto, Hamás ha dado muestras de interesarle poco el cese de las agresiones para negociar la paz, si nos atenemos a la muerte de un soldado israelita causada por un cohete lanzado por miembros de este grupo, que no es, ni por asomo, algo parecido a una congregación de monjas de la caridad islámica.
Sin embargo, ninguna de las voces que hicieron suya la “causa” palestina (si es que se le pudiera otorgar el beneficio de la buena fe a los inconfesables planes de los terroristas del grupo Hamás), ha dicho ni pío frente a esta nueva agresión contra Israel. Esas voces que apelan a un fingido sentimiento humanitario cuando se trata de defender a Hamás y que llaman asesinato a la acción por la cual caen las víctimas del lado palestino, se quedaron mudas ante esta nueva agresión que, dadas sus características y condiciones, sí puede ser calificada como un verdadero asesinato: la muerte del soldado israelita ocurrió mientras era concedida por Israel la tregua implorada por Hamás.
Está claro, al movimiento terrorista Hamás le importa un pito la paz y, a todas luces, es el más interesado en que exista un enfrentamiento violento con Israel para seguir culpándola de la muerte de civiles que, dicho sea de paso, se prestan con todo gusto para convertirse en escudos humanos en escuelas, mezquitas y hospitales, bajo la promesa islámica de que al día siguiente estarán en el Paraíso con Alá, disfrutando de los placeres de las catorce mil vírgenes.

El cinismo de Hamás
Por otra parte, Usama Handam, el representante del mal llamado Movimiento de Resistencia Islámica, o sea, el mismo grupo terrorista Hamás, ha declarado en Beirut que, a pesar de las medidas de seguridad que tienen como fin evitar que el grupo terrorista se rearme, Israel no podrá evitar el tráfico de armas hacia la Franja de Gaza. “Continuaremos introduciendo armas en Gaza y Cisjordania. Que nadie piense que nos rendiremos ante esas medidas”, dijo el jefe terrorista para no dejar dudas de sus verdaderas intenciones.
Porque ¿cuál es el plan del grupo Hamás?, que se hizo del poder en la Franja de Gaza mediante un golpe de Estado contra el partido Al Fatah y Mahmud Abbás, el jefe de la Autoridad Palestina electo democráticamente. Como lo explicó el escritor Amós Oz para recomendarle prudencia a sus compatriotas en el manejo de esta crisis, el objetivo primordial de Hamás (que ha jurado apropiarse también de Cisjordania, donde reside la Autoridad Palestina), es continuar apertrechándose de armas suministradas por Irán y Libia, para cumplir su oscuro deseo de borrar a Israel del mapa.
La vía es mostrarse como víctimas de los ataques israelitas y de allí la utilización del “argumento” de la desproporción con la cual Israel ha actuado, para tratar de desprestigiarlos y poner en entre dicho la actitud de los judíos que no han hecho otra cosa que defenderse. Porque, si de desproporción se trata, ésta reside, justamente, en las continuas agresiones de Hamás, lanzando cohetes y morteros sobre zonas civiles de Israel, además del macabro envío de bombas humanas que explotan en mercados y lugares públicos sin contemplación ninguna.
Pero los defensores simbólicos y discursivos de la paz, la conciben como si ésta fuera la paloma pintada por Picasso y, mientras caen los cohetes y morteros de Hamás sobre Israel, se quedan extasiados mirando la paloma, por lo cual a Israel no le queda otra salida que defenderse, como tuvo que hacer ante esta nueva agresión, matando al terrorista que asesinó a su soldado. Vale.