MARIA SACCHETTI
Ante una gran multitud en San Diego el verano pasado, Barack Obama se comprometió a poner entre sus prioridades la inmigración ilegal si ganaba la presidencia, y los latinos a nivel nacional respondieron dándole su apoyo masivo el día de las elecciones. Ahora, lo están presionando para que cumpla su promesa.
''Votamos en grandes cantidades por Obama'', dijo Juan Salgado, presidente de la junta de la Coalición para los Inmigrantes y los Derechos de los Refugiados de Illinois, organismo sin fines de lucro con sede en Chicago, terreno de entrenamiento de Obama en asuntos de inmigración. ``Si seguimos aquí dentro de dos años y medio, y no se ha hecho absolutamente nada, la gente va a empezar a plantear preguntas''.
Desde Cape Cod hasta California, los activistas de ambos bandos del volátil tema se están preparando para la batalla. Los partidarios de los 12 millones de inmigrantes ilegales del país -- en su mayoría, latinos -- quieren que Obama presione para que haya una vía para la residencia legal de ellos. Los opositores dicen que la reforma es imposible en un momento en el que aumenta el desempleo, y que más bien lo que quieren es una seguridad más dura en la frontera y menos inmigración para preservar los trabajos de los estadounidenses
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