Mucho se habla de la situación Hospitalaria en Venezuela por lo que en este breve escrito se tratará de hacer un análisis imparcial de la situación.
Programa Barrio Adentro.
Por Ernesto Ackerman
Este programa de la medicina inventada por Fidel Castro pretende penetrar e intervenir países. No es más que tratar de poner paños calientes a los problemas de salud que confronta la mayoría de los Países en Latinoamérica con el fin de capturar adeptos y penetrar con su invasión comunista.
Médicos graduados en tres años con un conocimiento precario de los complejos problemas médicos son enviados desde Cuba a Venezuela para llenar espacios con el fin de llevar a todos con quienes interactúan la doctrina comunista cubana.
A manera de ejemplo citamos el caso de una persona que presenta síntomas de apendicitis. Los médicos cubanos, sin contar con equipos o los conocimientos necesarios, diagnostican como un dolor estomacal producido por excesos de bebidas, comidas, etc; y envían al paciente de vuelta a su casa prescribiéndole solo un calmante.
A los pocos días dicho paciente es transportado a la emergencia de un Hospital, de los pocos que aún funcionan a cabalidad en Venezuela, y es diagnosticado con un cuadro severo de Peritonitis. Algunos reciben atención inmediata y pueden salir bien, otros simplemente mueren por un problema médico con solución desde hace muchos años.
Deficiencia de Camas en Venezuela.
Según la Organización Mundial de la Salud deberían existir 40 camas por cada 10.000 habitantes. Si en Venezuela hay 27 millones deberían existir entonces 108.000 camas hospitalarias.
Según cifras de la OMS en Venezuela solo existen 74.371 camas en Hospitales Públicos, de las cuales solo 21.182 están operativas. Lo cual implica un déficit de 86.818.
El mandatario Hugo Chávez en su afán de convencer al menos pudiente de una mesiánica red de Salud ha tratado de hacer un Ministerio paralelo dedicado al ámbito salud tratando de buscar el abandono de lo que ya existía e intentando con el programa Barrio Adentro plantear una especie de maqueta teatral con el fin de que comunicacionalmente se piense que él ha tomado cartas en un asunto que compete a ese 80 % de la población venezolana que vive en pobreza.
El único hospital importante concluido en estos 9 años por el gobierno fue el Hospital Cardiológico Infantil en Caracas inaugurado en agosto de 2006. En su construcción y dotación se invirtieron 230 mil millones de bolívares (algo más de 100 millones de dólares). Consta de 160 camas de hospitalización, 32 camas de cuidados intensivos, 4 quirófanos y 2 unidades de hemodinámica.
El resto de las infraestructuras hospitalarias del país solo han recibido un maquillaje y se les ha suministrado de equipos que no poseen garantía de mantenimiento, lo que producirá que más tarde o más temprano dejen de funcionar adecuadamente.
De igual forma, se ha visto cómo los departamentos que más beneficios reciben son aquellos que tienen médicos adeptos al régimen (pocos por cierto) con el detrimento de que en dichas áreas pocas veces hay médicos capacitados para el uso de estos sofisticados equipos.
Pero nuevamente a Chávez, en su afán de lograr publicidad para su Gobierno a corto plazo y con una inversión mínima, no le importa solo dar diagnósticos y no tratamientos reales.
Equipos Médicos para Latinoamérica y no para Venezuela.
El control de la adquisición de equipos médicos no ha sido excepción a la regla de que todo debe ser aprobado por el régimen castro-comunista.
De esta manera la mayoría de los equipos son adquiridos en Cuba por la Constructora del Alba Bolivariana C.A., que cuenta con un solo empleado. Esta empresa negocia directamente con las fábricas la compra de equipos para Venezuela, los cuales después son despachados también, y aunque en menor medida, a Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
La mínima cantidad de equipos que son comprados directamente en Venezuela buscan calmar a los vendedores de estos dispositivos en el país, quienes incluso se prestan a solo instalar los comprados por Cuba, cobrando una comisión de instalación.
Esta situación en un sistema democrático sería catalogado como corrupción por lo que los poderes públicos correspondientes, llevarían a cabo las investigaciones necesarias con el fin de tomar medidas independientes del gobierno central y acogidas al marco legal. Lastimosamente esta no es actualmente el sistema venezolano, por lo que situaciones como éstas quedan impunes a diario en el país.