por Esteban Fernández
Yo siempre he sido Republicano, o mejor dicho, gracias a un señor llamado John F. Kennedy comencé a serlo. Consideré, y sigo considerando, que por su culpa inicial nuestro país es esclavo por acción, o inacción de su parte. Pero este escrito no es para criticar, ni para atacar o defender a ninguno de los dos principales partidos políticos de esta gran nación. Ambas agrupaciones tienen cosas buenas y cosas malas, y en algunos aspectos hasta muy parecidas. No voy a hablar de cual de los partidos tiene el mejor programa político ni nada parecido. Tampoco voy a comentar, ni hablar bien o mal del Presidente Obama, ni del candidato a la presidencia por el partido contrario, Mitt Romney. Tengo magníficos amigos que prefieren un partido o el otro.
Hoy voy a escribir simple y llanamente de LA COMPAÑIA que hay que sufrir siendo demócrata. Bajo ningún concepto considero que todos los miembros de ese Partido son izquierdistas, ni socialistas, y mucho menos castristas. El que sostenga eso es un ignorante o está completamente errado. Eso es una calumnia, y al mismo tiempo, una estupidez de marca mayor. Creo que sostener esa falacia es un fallo garrafal y es una barrabasada digna de un fanático.
continua