En reiteradas oportunidades hemos indicado que los ingresos provenientes de PDVSA, sencillamente no alcanzan para sostener la vorágine de gastos y compromisos nacionales e internacionales que este régimen quiere mantener y, además, subsidiar la masiva e irracional destrucción del aparato productivo nacional, público y privado.
En términos muy coloquiales hemos dicho que podríamos simularlo con lo que ocurriría en una fiesta infantil en un condominio cerrado. Podríamos tomar como punto de partida 1973 y comparar lo sucedido en la fiesta de ese año y lo que ocurre con fiesta infantil en el 2011, pero ahora con muchos más invitados, nuevos miembros del condominio e invitados muy especiales que vienen de afuera.
En 1973, Venezuela tenía 12 millones de habitantes y producía 3 millones de barriles, de los cuales se exportaban como crudo y productos alrededor de 2 millones 800 mil barriles diarios. Vale decir en la fiesta habían 12 niños invitados y una torta muy consistente se preparaba, básicamente con una exportación de 2.8 millones de barriles y una levadura que era equivalente a 15 $-barril ajustando los dólares al año 2011. Para el año 1980, los invitados crecieron un poco, eran ya 15 invitados, los insumos eran un poco menos, digamos 2.5 millones de barriles, pero la levadura era equivalente a 45 $-barril ajustados, lo cual producía una torta más grande en apariencia, pero más esponjosa, menos consistente. Sin embargo, todos los invitados comían suficiente y los organizadores estaban felices.
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