Raúl Lopez-Perez
Venezuela no es un país terrorista, sin embargo tiene un gobierno que sí es terrorista. Venezuela es un país que lucha por mantener la libertad y la democracia y merece la solidaridad de los países democráticos.
Venezuela sufre de problemas políticos y económicos. Los problemas políticos deben tener solución política. Los problemas económicos deben tener solución económica. Los embargos resultan odiosos porque hacen más daño al pueblo que sufre, que al gobierno que la martiriza.
Un embargo comercial a Venezuela va a perjudicar directamente a los exportadores venezolanos y estadounidenses que viven mayormente en Miami y el estado de la Florida y a los exportadores venezolanos. Venezuela es el tercer socio comercial de Miami, tenía el segundo puesto que lo ostenta Colombia, después de Brasil. Y eso no es solo petróleo. Miami, Puerta de las Américas mantiene un saldo comercial positivo con Venezuela (mientras que los Estados Unidos tienen un saldo negativo por el petróleo).
Miami exporta a Venezuela: equipos de teléfonos, celulares, computadoras, equipos médicos y dentales, partes de autos y aviones; maquinarias, imprentas, alimentos.
Venezuela exporta a Miami petróleo, camarones, pescados, crustáceos, aluminio, cerámica, plátanos, alimentos.
Con la escasez de alimentos que se vive en Venezuela, mientras su gobierno intenta continuar sustituyendo las importaciones de Los Estados Unidos para comprarle a países pro comunistas, el pueblo sufrirá aún más el rigor del desabastecimiento.
Esto también me recuerda cuando los parlamentarios venezolanos se abstuvieron de participar en las elecciones, con buenas razones como era la falta de transparencia y garantías; luego sufrimos el espacio perdido, ahora un embargo nos haría perder un espacio comercial útil a ambos países.