martes, 27 de abril de 2010

DE SAMBÓDROMOS Y BICENTENARIOS

DE SAMBÓDROMOS Y BICENTENARIOS
Antonio A. Herrera-Vaillant

Llama la atención que los países desarrollados jamás andan llorando que alguien les viola la soberanía.
De todas las esquinas del subdesarrollo salen funcionarios públicos a criticar a los países desarrollados, y diario afrontan diarreas verbales de caudillos tercermundistas que parecen vivir dedicados a un incesante diluvio de insultos contra otros mandatarios y resaltantes figuras mundiales.
Pero: ¡Ay!, si un oficial de europeo o norteamericano –o aún de organismos internacionales - emite una opinión sobre violaciones a los derechos humanos en ese país: Eso sí es “intromisión”.
El colonialismo occidental desapareció por completo hace medio siglo, y el soviético hace veinte años. Resultan ridículos – y ocasionalmente peligrosos – los países que continúan proclamándose “anti-imperialistas” para culpar al extranjero de sus propias deficiencias internas. Lo adoban con el cuento de la “dependencia” y la “soberanía económica”, como si los flujos económicos – como el agua – no buscasen siempre un nivel natural dictado por el sentido común.
Y es que los países serios ni reclaman ni alardean su dignidad y soberanía: sencillamente saben que las tienes y las ejercen.
continua:
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