
Perfeccionistas
Por: Ricardo Tribín Acosta
El perfeccionismo no conduce nunca a lo más alto. Esto es así puesto que, aunque en el intermedio se alcancen rápidas metas y positivas realizaciones, al final puede suceder como a aquella persona que ama tanto la limpieza que termina lavándose las manos cada cinco minutos y haciendo el feo para no dárselas a nadie. Tal postura los convierte en hoscos que terminan marginándose por ellos mismas. Hay también casos muy conocidos en los que algunas gentes perciben el aire como algo impuro y contaminante y andan permanentemente con mascaras, lo cual también les genera distancias en su trato con los demás.
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