viernes, 29 de agosto de 2008

La globalización del miedo


La globalización del miedo
Abel Ibarra

Ya corren ocho años del Siglo XXI y, sin embargo, aún impera el código punitivo de nuestras abuelas del XX. Recuerdo que la mata de mango del patio era una tentación, no sólo por el amarillo de la fruta que evocaba al Paraíso Terrenal, sino por la aventura de encaramarse en la copa del árbol como si quisiéramos ver el futuro de una vez por todas. Pero apenas comenzada tu escalada hacia el mañana, llegaba la abuela y acababa con la aventura a punta de escobazos en tu espalda, “no vaya a ser que te caigas y te desnarices, muchacho del cipote”.
Algo parecido (claro que sin el celo amoroso de la abuela) acaba de ocurrir con la editorial americana Random House, que rompió el contrato de publicación de “La joya de Medina” con Sherry Jones, la autora de la novela. Según la escritora, el libro relata las aventuras del profeta Mahoma con Aisha, una de sus esposas, con la cual contrajo matrimonio cuando ésta apenas tenía seis años de edad.
No sabemos si la novela narra los pormenores de este evidente caso de pedofilia musulmana, pero lo peor del caso es que la decisión se sustenta en que “la publicación del libro podría ser ofensiva, no sólo entre la comunidad islámica sino que también podría incitar actos de violencia por parte de un pequeño segmento radical”, según declara Thomas Perry, subeditor de Random House. O sea que a Sherry Jones le desbarataron su aventura literaria para evitar que un “pequeño segmento radical”, llegado el momento, la bajara de la mata del futuro con el certero matracazo de un tiro de misil.

La Guerra Santa
El argumento, elaborado desde la perspectiva de lo “políticamente correcto”, pretende ocultar una de las pasiones humanas que más paraliza y nos hace ver fantasmas, como evidencia Goya en uno de sus “disparates”: el miedo. Porque eso de ver la evidente amenaza islámica como propia de un pequeño grupo radical no es otra cosa que idiotez, ignorancia o candor avestruciano. O las tres a un mismo tiempo.
Thomas Perry, el segundón subeditor de Random House a quien le mandaron hacer el trabajo sucio de romper el contrato y dar las declaraciones, no se ha enterado de que, por ejemplo, desde el mismo momento en que un tal Ruhola Musavi Jomeini proclamó su teocracia de Ayatolás, Imanes y Mulás en Irán, instauró un régimen de odio e intolerancia y ordenó reconquistar los territorios que ocuparon durante ocho siglos en la cuenca del Mediterráneo; sólo que Osama Bin Laden tiene una mirada más larga y decidió llegar un mal día hasta el propio corazón de la Gran Manzana.
Desde entonces, los iraníes (que no son árabes sino persas) se convirtieron en propaladores de un panislamismo, que ha hecho varios juramentos macabros, entre otros, el de borrar a Israel de la faz de la tierra. Pero el caso es que, ese “pequeño segmento radical” al cual se refiere Mister Perry, se cuenta por millones y, en Europa, han formado verdaderos Estados dentro del Estado, que, favorecidos por la política de “apaciguamiento” de la mala conciencia europea, se dedican a mantener la identidad musulmana por encima de la de los países donde viven como en un ghetto.

La paz de los sepulcros
La gran prensa destacó poco este turbio asunto. Cuando se trata de reseñar alguna noticia referida al mundo islámico, la maneja con guantes de seda en nombre de la “multiculturalidad” y la tolerancia, burladeros retóricos que el discurso de lo políticamente correcto utiliza para ocultar su miedo globalizado. Al respecto es menester citar a Pilar Rahola, intelectual catalana especialista en la materia: “Si la tolerancia, por ejemplo, significa tolerar imanes integristas, más que tolerancia, lo que practicamos es un suicidio”.
Y eso es lo que está ocurriendo con el gesto de Random House y con el pavor convertido en permisividad de una editorial holandesa, que la misma Rahola ejemplifica de manera patética: “(…) La decisión holandesa de aceptar la publicación del libro “El camino del musulmán”, amparándose en la libertad de expresión. Entre otras maravillas, el libro pide que los homosexuales sean arrojados desde edificios altos. ¡Y esto en el país donde han asesinado, en nombre del Islam, a un cineasta! Estamos realmente locos!”.
Los artículos completos de Pilar Rahola pueden ser leídos en el site http://www.pilarrahola.com/, para tener una cabal comprensión de este espinoso asunto. Así, no se me podrá acusar de que les estoy aguando la fiesta a nuestros izquierdistas exóticos. A ellos les encanta un extremista, siempre y cuando éstos no les invadan los patios de sus casas compradas gracias a las libertades que existen en los gobiernos democráticos.

P.D: Se me ocurre que Random House y la editorial holandesa actuaron como Chamberlain, el Canciller inglés, cuando negoció la paz con Hitler entregándole los Sudetes Checoeslovacos y comenzó la Segunda Guerra Mundial.