
VARGAS LLOSA Y EL NOBEL ESCURRIDIZO
Por Alexis Ortiz.
Los dos ùltimos libros que he escrito no han logrado publicación, pero yo, con la testarudez de un Sísifo del tercer milenio, sigo escribiendo como quien cumple un castigo reiterado y latoso.
Precisamente, por estar escribiendo ahora un tercer libro que seguramente tampoco encontrarà editor, estoy revisando algunas obras de autores de solera y de tronìo. Asì fue como tuve un feliz tropiezo con el ensayo de Mario Vargas Llosa: “La verdad de las mentiras”.
Con esta obra el peruano y español convence al màs apàtico de la importancia de leer y, por añadidura, recomienda escritores de valìa y analiza sus relatos.
Y es que Vargas Llosa no es sòlo uno de los narradores y analistas màs emblemàticos de los tiempos que corren, de lo cual hablan a gritos libros como “La guerra del fin del mundo”, “La fiesta del chivo”, “La orgìa perpetua” y “El lenguaje de la pasiòn”, sino que ademàs pedalea en el pelotón de vanguardia de las ideas polìticas màs modernas y sensatas.
El pertenece a ese elenco de liberales lùcidos, capaces de demoler racionalmente la sinrazòn del socialismo del siglo XXI, llamado tambièn neocomunismo. Pero eso si, sin complacencia con las miserias del capitalismo. Tal lo podemos notar en la reseña que hace de la novela del suizo Max Frisch, cuando Vargas nos dice:
“La pregunta no es acadèmica. Averiguar si el desarrollo material y polìtico que ha alcanzado el Occidente es incompatible con vidas individuales intensas y ricas, capaces de colmar las
inquietudes màs ìntimas y el deseo de plenitud y originalidad que
alienta en los seres humanos (en muchos de ellos, por lo menos), es saber si la civilización democràtica no conduce tambièn a la uniformizaciòn y a la destrucciòn del individuo, ni màs ni menos que aquellas sociedades cerradas y organizadas bajo el rìgido patròn de un ideal colectivista”.
Mario Vargas llosa es uno de los intelectuales màs completos de la contemporaneidad planetaria, pero lo màs seguro es que nunca gane el Premio Nòbel de literatura. Porque a èl como a Jorge Luis Borges, la izquierda refugiada en la academia sueca, les cobra las posturas libertarias y el desafìo a la cultura del miedo.
El haberle negado el galardón a Jorge Luis Borges, uno de los grandes escritores de la humanidad en todos los tiempos, y posiblemente el màs importante del siglo XX, es una màcula de la cual el Nòbel ya no se podrà reivindicar.
Y ahora la contumacia contra Vargas Llosa, le escatimarà a ese premio bastante del prestigio que otrora tenìa. Pero la izquierda cultural es asì de estòlida y recalcitrante. Para castigar a los dìscolos, no les importa perder credibilidad.
Mientras tanto los hinchas de Borges y Vargas Llosa, que recibimos con igual emoción los Nòbel del comunista Neruda y el democràtico Octavio Paz, del veleidoso Garcìa Màrquez, de Gabriela Mistral y de Asturias, abrigamos la recòndita esperanza de que un rayo de luz ilumine la academia sueca y permita que Mario Vargas Llosa, caballero andante de la lengua castellana, gane por fin el premio que se merece màs que nadie.
jalexisortiz@hotmail.com
Por Alexis Ortiz.
Los dos ùltimos libros que he escrito no han logrado publicación, pero yo, con la testarudez de un Sísifo del tercer milenio, sigo escribiendo como quien cumple un castigo reiterado y latoso.
Precisamente, por estar escribiendo ahora un tercer libro que seguramente tampoco encontrarà editor, estoy revisando algunas obras de autores de solera y de tronìo. Asì fue como tuve un feliz tropiezo con el ensayo de Mario Vargas Llosa: “La verdad de las mentiras”.
Con esta obra el peruano y español convence al màs apàtico de la importancia de leer y, por añadidura, recomienda escritores de valìa y analiza sus relatos.
Y es que Vargas Llosa no es sòlo uno de los narradores y analistas màs emblemàticos de los tiempos que corren, de lo cual hablan a gritos libros como “La guerra del fin del mundo”, “La fiesta del chivo”, “La orgìa perpetua” y “El lenguaje de la pasiòn”, sino que ademàs pedalea en el pelotón de vanguardia de las ideas polìticas màs modernas y sensatas.
El pertenece a ese elenco de liberales lùcidos, capaces de demoler racionalmente la sinrazòn del socialismo del siglo XXI, llamado tambièn neocomunismo. Pero eso si, sin complacencia con las miserias del capitalismo. Tal lo podemos notar en la reseña que hace de la novela del suizo Max Frisch, cuando Vargas nos dice:
“La pregunta no es acadèmica. Averiguar si el desarrollo material y polìtico que ha alcanzado el Occidente es incompatible con vidas individuales intensas y ricas, capaces de colmar las
inquietudes màs ìntimas y el deseo de plenitud y originalidad que
alienta en los seres humanos (en muchos de ellos, por lo menos), es saber si la civilización democràtica no conduce tambièn a la uniformizaciòn y a la destrucciòn del individuo, ni màs ni menos que aquellas sociedades cerradas y organizadas bajo el rìgido patròn de un ideal colectivista”.
Mario Vargas llosa es uno de los intelectuales màs completos de la contemporaneidad planetaria, pero lo màs seguro es que nunca gane el Premio Nòbel de literatura. Porque a èl como a Jorge Luis Borges, la izquierda refugiada en la academia sueca, les cobra las posturas libertarias y el desafìo a la cultura del miedo.
El haberle negado el galardón a Jorge Luis Borges, uno de los grandes escritores de la humanidad en todos los tiempos, y posiblemente el màs importante del siglo XX, es una màcula de la cual el Nòbel ya no se podrà reivindicar.
Y ahora la contumacia contra Vargas Llosa, le escatimarà a ese premio bastante del prestigio que otrora tenìa. Pero la izquierda cultural es asì de estòlida y recalcitrante. Para castigar a los dìscolos, no les importa perder credibilidad.
Mientras tanto los hinchas de Borges y Vargas Llosa, que recibimos con igual emoción los Nòbel del comunista Neruda y el democràtico Octavio Paz, del veleidoso Garcìa Màrquez, de Gabriela Mistral y de Asturias, abrigamos la recòndita esperanza de que un rayo de luz ilumine la academia sueca y permita que Mario Vargas Llosa, caballero andante de la lengua castellana, gane por fin el premio que se merece màs que nadie.
jalexisortiz@hotmail.com