
EL MANIFIESTO AL PAÍS DE CONSECOMERCIO (parte I)
"Las cámaras y asociaciones de empresarios del comercio y los servicios afiliadas a Consecomercio, y reunidas en el estado Carabobo en ocasión de la XXXVIII Asamblea Anual, concluyen sus deliberaciones con el siguiente Manifiesto al País:
1. El Gobierno Nacional ha rectificado antes, y debe rectificar ahora. Reconocemos como valiosas e importantes las pequeñas señales de modificación en la política económica, como fue el caso de la abolición del Impuesto a las Transacciones Financieras, y estamos esperando que la oferta de diálogo se materialice en un encuentro con las Instituciones Empresariales que son las representantes legítimas de los diferentes sectores productivos. Sin embargo estas señales no han sido ni las necesarias para cambiar el rumbo del país, ni suficientes para comunicar una mínima disposición al cambio que Venezuela necesita para no perder nuevamente la oportunidad de encauzarse por la senda del desarrollo integral.
2. El país sigue acopiando, innecesaria e indebidamente, problemas en todos sus ámbitos. En vez de ahorro nacional y potencial de crecimiento sustentable, prosperidad y calidad de vida, hemos perdido el tiempo para construir la senda del desarrollo, y lo hemos invertido en acumular inflación, inseguridad, pobreza, corrupción, confrontación, polarización y autoritarismo. Diez años después el país luce aislado internacionalmente y enfrentado internamente. La pérdida de prestigio y la desesperanza que se extiende por todo el país, nos hacen perder de vista la necesidad que tenemos de establecer metas para el largo plazo, y el tener en consideración la obligación que tenemos de dejarle a las generaciones futuras un país con posibilidades económicas y que haya aprendido a vivir en paz, a pesar de su diversidad y pluralismo.
3. Nos preocupa la pérdida de legitimidad del Estado Venezolano. La confusión entre los poderes públicos, la eliminación del control de la gestión pública, la concentración de todo el poder y de todas las decisiones en una sola persona, la falta de diálogo social y el intento descabellado de imponer, a pesar de la realidad, una propuesta ideológica perniciosa en lo económico y nociva en lo político, pueden conducir al caos social y a la peligrosa pérdida de la gobernabilidad. Solamente mediante la instauración de un Diálogo Social que tenga Impacto en las Políticas Públicas se podrán sortear los peligros de la africanización de la sociedad venezolana.
4. Nos preocupa la inseguridad ciudadana y la incapacidad del gobierno para intentar el control de las múltiples formas de delincuencia organizada. Todos los ciudadanos venezolanos coinciden en el mismo diagnóstico: La inseguridad es un problema que ha desbordado la capacidad del gobierno para resolverlo. Los homicidios, los secuestros, el sicariato, el narcotráfico, los robos de vehículos, y la violencia que acompaña a cualquiera de estos hechos son el resultado de un discurso político permisivo y condescendiente con el delito. Son también el resultado del espíritu de impunidad que se respira en el país. Son el saldo de la destrucción de nuestro Estado de Derecho, de la intervención indebida de nuestro sistema de justicia, de la corrupción de las policías, del patrocinio de grupos armados afines al proyecto político oficial y del afán que tiene el gobierno de destruir las entrañas de la sociedad venezolana a partir del miedo y del odio. Exigimos por lo tanto una rectificación a fondo, un cambio radical en el cuadro gubernamental a cargo del problema, una transformación sustantiva del discurso político y la mayor transparencia posible en el uso, administración y disposición de los cuerpos policiales.