
¡Abrió una Caja de Pandora!
Un gran ausente en las alocuciones de Hugo Chávez es eltema de la conflictividad laboral. Parece que en su lógica bolivariana, sino lo menciona, no existe. ¿O será porque es el mismo Gobierno quien lapropicia? Sea cual sea el motivo, la realidad es que los conflictoslaborales van en franca escalada para bien de nadie.Una oportunidaddonde se hizo notoria esta omisión presidencial fue en el encuentro del 11de junio donde supuestamente se buscaba reimpulsar al sector productivo.Ese día, en su larga e intrascendente perorata, el mandatario no dijo nipío del incendiario clima laboral actual en Venezuela. Y para meter más eldedo en la herida, uno de sus invitados de honor fue el presidente delsindicato oficialista de SIDOR.Sobre esta omisión, el presidente deConindustria, Eduardo Gómez Sigala, indicó que le llamó la atención que elPresidente no hubiera abordado el tema de la conflictividad laboral, ya queésta ha influido notablemente en el deterioro del aparato productivonacional. "Especialmente, porque en los últimos años se han creado unos3.700 nuevos sindicatos, la mayoría de ellos auspiciados y promovidos desdeel Gobierno Central".Ha sido más que evidente que este nuevosindicalismo, ha tenido como objetivo central cercar a las empresas ycavarles la fosa como paso previo a la intervención del Gobierno, víaexpropiación, re-nacionalizacióno, compra forzada.Una de las primerasvíctimas de este modus operandi fue la Constructora Nacional de Válvulas(CNV), hoy transformada en la "Industria Venezolana Endógena de Válvulas"(Inveval). Esta empresa, fue confiscada en 2005 tras un proceso "legal"iniciado con la excusa de "incumplimiento de compromisos laborales duranteel paro cívico de diciembre 2002- enero 2003". Desde el año pasado estafórmula de cerco empresarial, con el compinche Gobierno-"sindicatos", se hafortalecido y diseminado por todos los sectores productivos, arrasandodecenas de empresas a su paso. Una de las últimas en ser afectada fuela principal siderúrgica del país. SIDOR, fue re-nacionalizadaintempestivamente, luego de varios meses de protestas y paros que rodearonla feroz contienda para la negociación del contrato colectivo de SIDOR, conla excusa de que la empresa "explotaba y abusaba" de lostrabajadores.Pero el acoso no se detiene. Éste ha afectado a lasautomotrices: General Motors, Mitsubishi y Firestone. Éstas han sidovíctimas de saboteo en sus diferentes procesos de producción, por grupos detrabajadores pro-oficialistas que supuestamente buscan mejorascontractuales.Otra a la que han mantenido casi en estado de sitio es aCoca Cola. En esta oportunidad el asedio lo realizan un grupo deextrabajadores que, a pesar de que en su oportunidad cobraron completas susprestaciones sociales, insisten en reclamar supuestas reivindicaciones.Éstas son tan sin sustento que incluso al rojito Tribunal Supremo deJusticia no le quedó más remedio que determinar su ilegalidad. A pesar deello, y de que la empresa tiene 27 amparos a su favor, ni el Gobierno nilos organismos de seguridad toman medidas para impedir la toma de lasinstalaciones, y defender el derecho a trabajar de los 8.000 trabajadoresactivos.En lo que pareciera que no se ha detenido el Gobierno es enanalizar que está abriendo una Caja de Pandora y no sabe qué demonios puedesoltar ni qué tormentas puede desatar.
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