Por Rodolfo Dasilva
rdasilva2005@gmail.com
Fidel, ha renunciado a la dictadura, perdón, a la presidencia. Han llegado las alegrías y también se nos viene encima las esperanzas de aperturas democráticas. Media centuria de represión y miseria, parecieran olvidarse. Medio siglo de hambre y persecuciones, parecieran borrarse. Se extravían en las memorias media centena de años de un sistema cuyo único logro fue la destrucción económica, social y moral de una nación.
¿Qué pasó con esa gran cantidad de cubanos que retaron a los tiburones buscando la libertad en el imperio del norte? ¿Qué pasará con las innumerables violaciones a los derechos humanos ocurridos en esa dictadura roja rojita? ¿Los incontables fusilamientos se van a quedar impune sólo por la posibilidad de una posible inclusión social? ¿Las alegres expropiaciones de empresas pasarán al altar de los sacrificios por la esperanza de una apertura económica?
El anciano le pasó el testigo a un viejo, cuyas ideologías se ensayaron en comunión de ambos, en medio siglo. Para muchos esto niega las posibilidades de cambios importantes en la isla, pero seguro que habrán cambios. La isla está asfixiada económicamente y el oxígeno que le suministra Venezuela, cada vez será menor. Socialmente, la cerviz ya les duele demasiado a los cubanos, ya se están erigiendo. Lentamente, pero de manera indetenible.
Seguramente vendrá el levantamiento del ominoso bloqueo económico de la isla, que por cierto, no sirvió de nada. Probablemente le llegarán las ayudas financieras de los países democráticos y desarrollados. Y efectivamente veremos ciertas aperturas económico-sociales, ¿pero eso olvidará las atrocidades cometidas por la dictadura, y para más, con el tirano vivo y homenajeado? Es dudable.
Bueno, lo cierto es que aunque renuncie o que muera lleno de "reconocimientos", nos dejará el sabor amargo que pueda dejar el estigma de haber tenido en el nuestro Caribe, en nuestra América, la dictadura más larga en esta era, cuando la humanidad busca la modernidad, que por cierto, no se encuentra sino en libertad. ¡Que vergüenza para las civilización!///
rdasilva2005@gmail.com
Fidel, ha renunciado a la dictadura, perdón, a la presidencia. Han llegado las alegrías y también se nos viene encima las esperanzas de aperturas democráticas. Media centuria de represión y miseria, parecieran olvidarse. Medio siglo de hambre y persecuciones, parecieran borrarse. Se extravían en las memorias media centena de años de un sistema cuyo único logro fue la destrucción económica, social y moral de una nación.
¿Qué pasó con esa gran cantidad de cubanos que retaron a los tiburones buscando la libertad en el imperio del norte? ¿Qué pasará con las innumerables violaciones a los derechos humanos ocurridos en esa dictadura roja rojita? ¿Los incontables fusilamientos se van a quedar impune sólo por la posibilidad de una posible inclusión social? ¿Las alegres expropiaciones de empresas pasarán al altar de los sacrificios por la esperanza de una apertura económica?
El anciano le pasó el testigo a un viejo, cuyas ideologías se ensayaron en comunión de ambos, en medio siglo. Para muchos esto niega las posibilidades de cambios importantes en la isla, pero seguro que habrán cambios. La isla está asfixiada económicamente y el oxígeno que le suministra Venezuela, cada vez será menor. Socialmente, la cerviz ya les duele demasiado a los cubanos, ya se están erigiendo. Lentamente, pero de manera indetenible.
Seguramente vendrá el levantamiento del ominoso bloqueo económico de la isla, que por cierto, no sirvió de nada. Probablemente le llegarán las ayudas financieras de los países democráticos y desarrollados. Y efectivamente veremos ciertas aperturas económico-sociales, ¿pero eso olvidará las atrocidades cometidas por la dictadura, y para más, con el tirano vivo y homenajeado? Es dudable.
Bueno, lo cierto es que aunque renuncie o que muera lleno de "reconocimientos", nos dejará el sabor amargo que pueda dejar el estigma de haber tenido en el nuestro Caribe, en nuestra América, la dictadura más larga en esta era, cuando la humanidad busca la modernidad, que por cierto, no se encuentra sino en libertad. ¡Que vergüenza para las civilización!///