sábado, 23 de febrero de 2008

"Hay Betancourt para rato"


Hay Betancourt para rato A los cien años Betancourt
Román José SANDIA

Se encuentra muy bien. Continúa viviendo en su casa “Pacairigua” de Altamira. A las faldas del Ávila puede ver la Caracas que el ayudó a construir y vio crecer desde aquella misérrima villa a la que llegó a estudiar en el liceo Caracas en 1919. Hasta la ciudad extendida, moderna y sucia de hoy. Todos los días se da un baño en la pequeña piscina que mandara a hacer para diversión de sus nietos y para ejercitarse diariamente. La casa fue donada por el pueblo, mediante una colecta, y entregada al líder adeco una vez que finalizó su segunda presidencia. Hay quienes criticaron el regalo de la casa. El maestro Prieto dijo que Rómulo había rechazado otra vivienda porque era más pequeña. Pero quien ha recorrido sus salones, sabe que Pacairigua es una casa modesta y hasta incómoda en sus habitaciones. De todas maneras, lo importante es el gesto: el pueblo obsequió una casa a su conductor, carente de bienes de fortuna por haber dedicado toda su vida a la política, exigente oficio que ejercido con honradez no deja beneficios materiales. Betancourt se mantiene lúcido. Ha seguido escribiendo libros, en los cuales la política sigue estando presente, pero ahora ha abierto su mente a otros caminos intelectuales. La ecología y el futuro del planeta que habitamos están entre sus actuales inquietudes. Por ello ha escrito dos volúmenes sobre este tema. Betancourt no descansa su mente. .
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