lunes, 22 de octubre de 2007

El Teleférico y el Humboldt a la espera


El Teleférico y el Humboldt a la espera
El Teleférico y el Humboldt a la espera

El Teleférico de Caracas y el mítico hotel Humboldt, que contemplan la capital venezolana desde los 2.000 metros de altitud, cumplen dos meses a manos del Estado, que asumió su gestión con la declarada intención de restaurar el complejo turístico del Parque Nacional El Ávila, pulmón de la urbe.

El proyecto, que debe iniciarse este otoño, dentro del proceso de renovación del sector turístico impulsado por el presidente Hugo Chávez, incluye la renovación del deshabitado hotel, joya de la arquitectura de los 50, así como la reconstrucción de una parte del teleférico, para unir la cima de la montaña al mar Caribe.

El organismo Venetur, dependiente del ministerio venezolano de Turismo, se ha encargado de la gestión, en medio de protestas del consorcio Inversora Turística Caracas (ITC) que recibió en 1998 la concesión del Estado para operar y explotar las instalaciones.

La primera medida ha sido una reducción de las tarifas del teleférico, según indicaron a Efe fuentes ministeriales. El objetivo, según esas fuentes, es asegurar que "el Ávila es ahora de todos"

A UN LADO EL MAR Y AL OTRO EL HUMBOLDT


Según datos suministrados por el ministerio de Turismo, del que es titular Olga "Titina" Azuaje, en los dos meses que lleva bajo la administración del Estado, el promedio de visitas diarias al teleférico es de 5.000 a 5.500.

Otro de los posibles cambios, avanzados desde el ministerio, se refiere al nombre del complejo, conocido hasta ahora como "Ávila Mágica", y que pasaría a ser "Guaraira Repano", denominación utilizada por los indios que habitaban la zona hace siglos y que, según diversas versiones, significa "lugar de dantas" o "nido de abejas".

Inaugurado en noviembre de 1956, durante la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, el Teleférico de Caracas alcanza los 2.105 metros de altitud, en un recorrido desde la falda del Cerro El Ávila en Caracas, hasta la cumbre de la montaña, en la cordillera que separa la capital, ubicada en un valle a unos 700 metros de altura, del mar Caribe.

Desde la cumbre, en los días despejados, el visitante puede contemplar a un lado el azul intenso del mar, y al otro el abigarrado paisaje de cemento que compone la capital de Venezuela, urbe de casi 5 millones de habitantes.

El proyecto original contemplaba un segundo tramo que descendía desde la cumbre por la ladera norte hacia el pueblo costero de Macuto, sin servicio desde hace décadas, y que el Estado venezolano pretende restaurar ahora, a través de Venetur.

En la cima de la montaña se eleva el Humboldt, visible desde la ciudad, de noche con sus iluminaciones, como de día, y también desde la costa.

Interesante muestra de la arquitectura venezolana de los años 50, este edificio, obra de José Tomás Sanabria, ofrece una vista de 360 grados y recrea el lujoso diseño de interiores de la época.

VENEZUELA TIENE EL TELEFÉRICO MÁS LARGO DE AMÉRICA

No obstante, el edificio, de 60 metros de altura, 14 pisos y piscina climatizada, dejó de ser utilizado como hotel hace años y ahora únicamente alberga de forma puntual eventos o fiestas privadas.

En frecuentes ocasiones, el hotel, bautizado en honor del geógrafo y naturalista alemán Alejandro von Humboldt que visitó el lugar en el siglo XIX, aparece envuelto por las neblinas y entre las nubes que se instalan en la cumbre del Ávila, otorgando al edificio deshabitado un aire fantasmal.

El complejo cuenta también con un paseo, en el que los visitantes pueden disfrutar del agradable frescor de los más de 2.000 metros, restaurantes y hasta una pista de patinaje sobre hielo, todo ello inaugurado en julio de 2001, tras las restructuraciones llevadas a cabo por el consorcio ITC.

Cerca de la estación del teleférico, se encuentra Galipán, un diminuto pueblo de montaña, habitado por unas 350 familias, y sólo accesible mediante coche 4 por 4 o andando, en el que se puede disfrutar de la rara tranquilidad de la vida en la montaña, apenas a 30 minutos de Caracas.

El Teleférico de Caracas no es el único, ni el más famoso del país caribeño. Venezuela cuenta, también, con el más largo de América y más alto del mundo: el que, en 12,5 kilómetros, une la ciudad de Mérida, en los Andes venezolanos, al Pico Espejo, a más de 4.000 metros.