martes, 24 de julio de 2007

LA DESCONFIANZA




“El gran problema de la economía venezolana es la desconfianza”
El presidente de Consecomercio sostiene que recuperación del sector se da sobre bases débiles.




Publicado en: El Tiempo Por: Lourdes Rojas

La más efectiva medida antinflacionaria sería, a juicio de Nelson Maldonado, un cambio de discurso por parte del gobierno, cuyos voceros -acotó- no han hecho más que satanizar la actividad empresarial. El dirigente del denominado sector terciario cree que junto con una prédica oficial de estímulo a los comerciantes exitosos debe venir también los hechos: desmontaje de controles y otras restricciones.



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CARACAS.- El boom que ha experimentado el Producto Interno Bruto (PIB) venezolano en los últimos años ha alcanzado al sector terciario de la economía.

Sin embargo, el presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Nelson Maldonado, no se hace falsas ilusiones porque cree que se trata de una situación que no es sostenible en el tiempo debido a que se ha dado en un escenario de controles, de normativas, y de decisiones impulsivas de parte del Ejecutivo, que, según señaló, continúan siendo un muro para el sector privado.

Señales confusas
El dirigente empresarial resaltó que la forma como el gobierno se ha manejado en el tema del ingreso al Mercado Común del Sur (Mercosur) es un ejemplo de que las "indecisiones" de Miraflores son otro generador de desconfianza para los inversionistas, tanto locales como extranjeros.

"La indefinición del gobierno con respecto a si entramos o no al Mercosur y de salirnos de la Comunidad Andina de Naciones es uno de los elementos que crea desconfianza en el país. No se entiende que se haya dejado de pertenecer a la CAN sin antes haberse realizado un estudio técnico.


Es posible que el alto gobierno lo haya discutido, pero no sucedió así con los niveles medios y mucho menos con nosotros los empresarios. Además el alto gobierno no está integrado por personas especializadas en el comercio internacional, ni en la actividad industrial, ni empresarial. Una cosa es el que dirige la orquesta y otra el que toca el trombón".

-¿Cómo fue el desarrollo de la actividad comercial cuando Venezuela pertenecía a la CAN?
-Muy positiva porque estábamos absolutamente integrados. Cuando Venezuela no pertenecía al bloque no llegábamos ni a 100 millones de dólares del comercio con Colombia, pero luego de ingresar la balanza comercial binacional (la suma de las importaciones y las exportaciones) llegó a ser superior a los 3 mil millones de dólares. Con el Pacto Andino el país nacional tuvo la posibilidad de opinar. Yo no he visto ni el primer estudio económico ni político que explique por qué nos fuimos de la CAN cuando representaba en esos momentos cerca del 20% de nuestro comercio. Hoy en día estamos entre el 10% y el 12%, y perdimos además toda una estructura, toda una política, toda una estrategia. Estamos de acuerdo con la integración, pero debemos conocer qué nos conviene más. Venezuela, tarde o temprano, va a estar en el Mercosur porque la CAN está negociando su adhesión.

-Pero hay empresarios que estaban en contra de la entrada al Mercosur.
-Es posible que sea así porque ésta fue una decisión inconsulta.

-¿Cuál es su visión sobre el desarrollo de la economía nacional?
- Venezuela es un país que tiene más de tres años continuos de crecimiento. Pero si hurgamos un poco en cómo ha sido ese crecimiento entonces comienzan las preocupaciones. Yo diría que el gran problema que tiene la economía venezolana es la desconfianza. Con desconfianza nadie va invertir, y si no inviertes no produces.

-¿Cómo se desmonta la desconfianza?
-Lo primero que haría es acabar con los controles. En ninguna parte del mundo una economía con controles ha tenido éxito. Entre más control más miseria, más problemas, menos desarrollo.

-¿Cómo ha sido el efecto de los controles?
-Básicamente en la inversión. No hay inversión privada. Según los números que presenta el gobierno se registra un 9% de inversión, y eso aunque suena muy bien es un problema de lo que se cuenta como inversión. Si lo que se cuenta como inversión, como en efecto se está haciendo, son los carros que se están comprando, las neveras, los teléfonos, las cocinas, entonces dan esos números tan grandes producto de un gran gasto público, pero cuando hablamos de la inversión productiva, ahí comienzan los problemas. Cuando se compra un carro, ¿esto cuenta como inversión? ¿Es realmente una inversión para el país que se vendan 400 mil carros, o es sencillamente que los venezolanos no tenemos confianza en nuestra moneda y no queremos ahorrar en bolívares porque sabemos que dentro de seis meses ese bolívar valdrá la mitad? Esa es la tragedia. Aunque los centros comerciales han hecho una gran inversión en el país, la mayor parte de lo que se ha vendido son productos importados. Al comercio le ha ido muy bien en estos últimos años. Aquí todo el mundo ha vendido más, pero nosotros sentimos una espada de Damocles, porque para empezar si tienes mucho éxito y creces mucho eres un "monopólico", y entonces le aplican al sector unas normativas que son de terror como el decreto contra el acaparamiento. No habría problema en decir que uno está en manos del Estado pero bajo una organización que respeta todos los derechos, donde exista Estado de Derecho, pero el asunto es que quedamos en manos de cualquier funcionario. Esto influye en que no se hagan inversiones a largo plazo, todas son de recuperación inmediata.

-¿Cuál es su consideración con respecto a la reciente disminución del IVA de 11% a 9%?
-Desde el principio hemos planteado que el impuesto debe ser dirigido al consumo y no al valor agregado. Un impuesto del 5% al consumo parece mucho más razonable porque es mucho más fácil de recabar y de controlar.

-¿Qué medidas serían viables para la inflación?
-Una de las medidas es un discurso razonable. El gobierno no puede estar satanizando el éxito de cualquier actividad, y ese es el discurso que se escucha en Venezuela. Si un comerciante es el que trabaja más, es el más creativo y va creciendo, es un enemigo y un "cachorro del imperialismo". Si no hay competencia, no se puede reducir la inflación. Las empresas hoy en día pueden acogerse únicamente a lo que diga y hace el gobierno. Los comerciantes y empresarios en general tienen una competencia con Mercal totalmente desleal, porque Mercal no paga impuesto sobre la renta, IVA, locales, transporte, y nada. Mercal no paga ni empleados muchas veces porque a veces se ve a la Fuerza Armada trabajando para ellos.

-¿Cuál es el balance del sector en estos primeros siete meses del año?
-No tenemos los números oficiales, pero sí tenemos contacto permanente con los gremios. Sin embargo, puedo decir que ya se ha sentido que esa curva en ascenso en las ventas comenzó a aplanarse. Entiendo que en el sector de telecomunicaciones la venta de teléfonos se ha caído un poco. En el sector de línea blanca, cocinas, televisores no se ha mantenido el aumento. No sigue el mismo ritmo.

De perfil
Nelson Maldonado es Capitán de Altura, egresado de la Escuela Náutica de Venezuela en 1963, y Economista, graduado en la Universidad Santa María en 1981, con cursos de postgrado en Transporte Marítimo. Se desempeñó durante 11 años como oficial de los buques petroleros, de los cuales cinco fueron como capitán de supertanqueros y dos en diferentes posiciones gerenciales.

También fue profesor universitario de Transporte Marítimo y Convenios Internacionales. Entre otros cargos, ejerció la dirección de Transporte Marítimo del Ministerio de Transporte y Comunicaciones.

Su actividad gremial la inició en 1963 como miembro de la junta directiva de la Asociación de Oficiales de la Marina Mercante del Zulia y en 1976 fue electo presidente del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante.

Desde 2002 integra el directorio ejecutivo de Consecomercio, institución que preside desde este año y hasta 2009.

¿Y mañana?
El presidente de Consecomercio advierte que ante la falta de incentivos a la producción nacional, algunos establecimientos formales se han visto obligados a migrar al sector informal de la economía para poder hallar una manera de subsistir.

“Mientras el gobierno no entienda que debe ofrecer reglas claras que permitan la inversión y restablecer los niveles de confianza, se va a continuar observando escasez”, afirma.

El titular de la institución empresarial señala que ante la situación algunos comercios buscan alternativas, como vender por debajo de los costos, “pero otros sencillamente se trasladan a otro sector o, en el peor de los casos, se ven obligados a bajar la santamaría”.

El sector comercial ha manifestado en diversas oportunidades su preocupación porque desconoce hasta cuándo va a durar la presente bonanza económica.

“Ya tenemos indicadores que nos hacen encender alarmas. Podemos vender mucho ahora, pero mañana puede que no haya quien compre”.