Vendedoras callejeras trabajan frente a un mural sobre el presidente Hugo Chávez en Caracas, el 18 de diciembre. Chávez se encuentra en Cuba, donde se sometió a una operación quirúrgica.
Ariana Cubillos / AP
Ariana Cubillos / AP
Américo Martín
No esperaba un resultado tan contrario a la unidad democrática y sin embargo me parecía difícil derrotar al chavismo apenas dos meses y una semana después de las presidenciales. La experiencia –universal, diría– subraya el efecto “derrame” de las elecciones mayores sobre las menores, cuando ambas están muy próximas en el tiempo, como ha ocurrido y no por casualidad en Venezuela.
Otro factor determinante del resultado fue la explotación lacrimosa del estado de salud del presidente. Con el lenguaje típico de los ejércitos, que el gobierno ha asumido hasta los tuétanos, la cumbre del poder emitió la “Orden de Operación N 11 del 11-12-2012 mediante la cual ordenó “asumir la tristeza como arma de lucha”. Convengamos pues que buena parte del caudal de lágrimas vertidas en obsequio al presidente eran de lagarto, de cocodrilo. Sin duda tuvieron efecto, como por lo demás se esperaba.
Sin incurrir en la tontería de negar que el chavismo sea un movimiento con sustancia e influencia, pueden agregarse al conjunto de factores que pesaron a favor del régimen en estas elecciones, el abuso del poder y sus recursos y el fraude del CNE. Pero dejemos a un lado esa luctuosa relación.
Afrontemos ahora las consecuencias de la derrota sufrida, atenuada por la victoria democrática en Lara, Amazonas y sobre todo Miranda.
Read more here:
http://www.elnuevoherald.com/2012/12/29/1372978/americo-martin-chavismo-sin-chavez.html#storylink=cpy