Rómulo E. Lander Hoffmann
En nuestro país lamentablemente mucha gente (alguna de la oposición incluida) continua creyendo que lo que se necesita es un Mesías que soluciones los problemas, pero mas lamentable aun es que esa misma gente crea, sin ser cierto, en aquel que constante y subliminalmente afirma representarnos casi que por derecho divino. Dotado (dice el) con el sobre natural don de interpretar nuestros deseos necesidades y sentimientos. Que al mismo tiempo pretende ser el dueño exclusivo de la verdad y que a la fuerza se erige (sin calzar los puntos) como el único y exclusivo líder con capacidad (intelectual?) de gobernar su partido político y como una alternativa única para conducir al país sin que dentro de SU seudo movimiento político (por llamarlo de alguna manera) ocurra la menor oposición o confrontación de ideas aun después de doce largos años de fracasos y engaños que revela básicamente que institucionalmente ese movimiento es programaticamente eunuco, que es débil y lo que es más grave aún, demuestra la total estulticia político dependiente de sus integrantes.
Esta inútil entrega de los caros anhelos, esa renuncia a las justas reivindicaciones y luchas individuales en bien propio y de la patria dejada en manos de un personaje que evidentemente tiene una agenda muy diferente a la de los eternamente excluidos, es lo que podríamos llamar "El miedo a la Libertad".
Ser libres, significa por encima de todo asumir plena responsabilidad de nuestros actos cotidianos. Y es este mismo miedo a la libertad lo que nos empuja constantemente hacia regresiones vergonzosas como el Fundamentalismo o las personalidades Mesiánicas. Sin darnos cuenta que estas personalidades, como producto de su entorno, no se caracterizan exactamente por la ética.
Son generalmente hombres o mujeres que aman el poder por encima de todo y no dudan en manipular a la ciudadanía o en utilizar las instituciones de manera de asegurarse el mando y la influencia sobre el colectivo.
En América Latina tenemos una larga y siniestra herencia de autoritarismos que nos vienen desde la colonia y que definitivamente favorece la aparición de este tipo de personajes llenos de ambiciones pero realmente pobres de altruismo, aunque es este altruismo lo que pregonan cual vendedores de deseos, condición (el altruismo) por sí sola no suficiente pero necesaria para poder intentar servir a sus conciudadanos.
Es tiempo de que nos demos cuenta de la seducción del engaño y del craso error que significa aceptar lo mediocre como bueno solo porque nuestro pasado nos atormenta y de aceptar como sociedad que estamos en deuda con este pasado.
Es tiempo de entender que desde tiempos inmemorables, nunca el poder ejercido de forma absoluta funcionó para beneficio de los ciudadanos comunes (nosotros) sino para quienes lo ejercieron.
Durante estos doce últimos años, al mas puro estilo colonial, nos han querido acostumbrar a que los que detentan el poder, otorgado por nosotros, pueden hacer lo que quieran y vaya que lo han hecho!!
Un buen ejemplo de esto lo podemos encontrar y con ello una explicación racional de muchas de nuestras actitudes como pueblo, en nuestros conquistadores. Quienes establecieron un verdadero paradigma al imponer en aquellos tiempos que las cédulas reales debían ser acatadas más no cumplidas.
A éstos les sucedieron los encomenderos, quienes tenían como función principal la de organizar geopolíticamente las provincias y educar a los indígenas ofreciéndoles a cambio trabajo. En vez de esto los convirtieron en esclavos, los humillaron y los vejaron olvidándose completamente de su misión, de su deber y del futuro de las tierras descubiertas.
A aquellos, les sucedieron los caudillos, quienes definitivamente salvo raras excepciones no mejoraron el rumbo trazado sino que reforzaron lo heredado. "Confundieron" el patrimonio de todos con el propio, comportándose como si de su propia hacienda se tratara. Haciendo por mucho tiempo lo que les vino en gana sometiendo todo a su omnipotencia, al hacer las leyes a su propia medida.
Es tiempo de que se comience a instaurar nuestra propia legalidad.
Es tiempo de que nuestro perfil como país comience a dibujarse sin esfumados, tiempo de tener y de entender lo que queremos sea nuestro país. Y por ultimo es tiempo de que nuestro proyecto de país Sea: Deseable, posible, pero por sobre todas las cosas, producto de un pensamiento unitario y colectivo.
Debemos de una vez por todas dejar atrás el infantilismo político social dependiente.
Deben empezar a surgir por todos lados caudillos y hombres providenciales, que existen muchos. Tantos, que en cada VENEZOLANO hay uno de ellos.
Debemos de dejar a un lado mitos y leyendas. Debemos entender que una sociedad que se precie de tal, no sólo se conforma con promulgar las leyes sino que cumpliéndolas construye la legalidad.
Es cierto que somos una sociedad muy joven. Pero también es cierto que es mucho lo que habíamos avanzado, negarle esto a los pasados cuarenta años de democracia no solo es mezquino, sino criminal. Habíamos avanzado (hasta que llego este desmadre) hacia una sociedad que con todo y sus vicios y carencias era mejor y que con todo y sus excluidos, que eran muchos, era mucho mas igualitaria y que quizás por esa misma juventud no pudimos resolver a tiempo la deuda social que fuimos acumulando y que al final genero este deslave llamado Chávez.
Pero no es menos cierto que ya estamos en plena conciencia de lo que ha venido pasando y que hoy por hoy, casi todos los venezolanos hemos experimentado el horror de una miseria ciudadana que irresponsable intencionadamente se ha sembrado en nuestros conciudadanos en los últimos doce años.
Debemos aquí aplicar aquella máxima que reza: "un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro"
Debemos entender que este futuro no depende de un Mesías (y menos de un pseudo Mesías como Chávez) sino de todos y cada uno de nosotros que somos los únicos y verdaderos responsables de construirlo.
Debemos dejar de sentir "miedo a la Libertad".
AMANECERÁ Y VEREMOS.-
Rómulo E. Lander Hoffmann
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