lunes, 21 de abril de 2008

Ganar-ganar

Ganar-ganar

¿Quién puede ganar en un enfrentamiento entre la empresa privada y el gobierno? Indudablemente que ninguno de los dos. ¿Quién pierde en dicho enfrentamiento? Con seguridad que todos, y cuando decimos todos, es el país completo. La historia se ha empeñado en demostrarlo. Donde se ha tratado de eliminar la iniciativa privada, el país ha sufrido dramáticos atrasos.

Aquellos países que han transitado el socialismo totalitario y trataron de reducir al sector privado, hundieron en la pobreza a los pueblos. Lo dramático fue más allá de lo económico, la caída llegó también a lo social. La miserabilidad fue total en aquellos regímenes y lo es en los actuales estados que desgraciadamente transitan esta vía. ¿Qué pasó con la URSS y sus satélites? ¿Qué pasa en Cuba y la Corea del Norte?
Cuando cayó el muro de Berlín, los alemanes empleados de las empresas privadas no fueron precisamente los que se pasaron al Berlín totalitario a buscar trabajo. Que se sepa, ningún mayamero ha salido a nado a buscar buena vida en Cuba. La Corea del Sur no fue la que minó su frontera con Corea del Norte para que sus ciudadanos no se fueran al otro lado a mejorar su nivel de vida.

Si la historia nos provee de ejemplos irrefutables, entonces, ¿por qué algunos gobernantes insisten en transitar por ese nefasto camino? ¿Cuál es el empeño de empobrecer un país? Estos tipos de regímenes se obsesionan, básicamente, por dos elementos: el Control de los ciudadanos y "la opinión", y la Perpetuidad en el poder. Y la alternativa que ven para ello es controlar las fuentes de empleos y una represión intimidante. Si el gobierno es el único empleador, el "bozal de arepa" se generaliza y con ellos pueden lograr por un tiem po, ambas pretensiones.

Que las empresas en manos del Estado sean ineficientes, no les importa. Que se generalice la corrupción, no les importa; además controlando los medios, la ocultan o la desmienten. Que se caiga en la miseria, no les importa, total, vendiendo esperanza y arrimándole la culpa de ello a algún enemigo, pueden ayudarlos a mantenerse en el poder. Que la decadencia moral tome cuerpo en la sociedad, tampoco les importa; ellos se dan la gran vida.

Lo que también ha venido demostrando la historia, sobre todo en estas épocas de modernidad, es que una relación gobierno-empresa privada, da unos resultados de ganar-ganar, que eso sí beneficia definitivamente a todo el país. Ahora, en nuestro país, ¿quién se niega a esta alianza? Todos lo sabemos.

Rodolfo Dasilva
rdasilva2005@gmail.com