
repasando la historia
La empresa privada y sus objetivos
Juan Francisco Salas Romero
Martes, 13 de junio de 2000
En mis anteriores artículos, editados por Venezuela Analítica, hemos hablado de la empresa pública, primeramente, centrada en el sector naval venezolano y posteriormente, de la empresa pública venezolana y su razón de ser.
Quisiéramos, ahora, hablar de la empresa privada venezolana, enclavada, como está, en el marco de la Economía que mueve al mundo occidental.
Es una premisa básica establecer que el objetivo que mueve al empresario y en definitiva a la empresa privada, es la obtención de beneficios empresariales, tal vez, ya encontremos aquí, una diferencia inicial con la empresa pública, tal y como decíamos en nuestro último articulo, antes mencionado.
No vamos a entrar en la definición básica de beneficio empresarial, puesto que el lector la conoce, sobradamente. Pero sí queremos destacar que se tiende a tener el concepto generalizado de que la empresa privada, siempre, tiene como objetivo, obtener el máximo beneficio posible. Es decir, que la empresa privada, persigue, como objetivo principal, maximizar sus beneficios.
No cabe duda de que a todo empresario y cuando empleamos este vocablo, nos estamos refiriendo, tanto al empresario, como persona física y como persona jurídica, le agrada obtener beneficios máximos, pero también es evidente que no todos los empresarios privados, conceden al objetivo, maximizar beneficios, la misma importancia o prioridad en sus empresas. Hay empresarios y en definitiva, empresas privadas, que prefieren dar prioridad a otros objetivos empresariales, tales como puedan ser maximizar el volumen de ventas, limitar el riesgo necesario de correr
para obtener un determinado beneficio, minimizar el coste total unitario de cada unidad de producto fabricado....El sector agrícola venezolano, por ejemplo, tiene un importante peso en la economía productiva de la nación y la ganadería en la zona
geográfica de Los Llanos, es también una actividad tradicional e importante en la economía nacional. Por ello, el empresario agricultor, puede tender a sembrar, preferentemente, un determinado producto, maíz, por ejemplo, sabiendo que, no es, tal vez, el que le puede proporcionar el máximo beneficio pero sí el que le va a ofrecer menor riesgo en su venta, dado su alto consumo
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