miércoles, 4 de enero de 2012

La comunista Barbie


En otras ocasiones hemos sostenido que en la sociedad democrática contemporánea, todo puede ser criticado menos los medios de comunicación social(mcs).

 Quien se atreva a tal sacrilegio, es incontinenti acusado de enemigo de la libertad de expresión y, cosa odiosa, comparado con figuras deleznables como los hermanos Castro, Vladimir Putin, Chávez, Correa, Ortega, Evo Morales, Tirofijo Marulanda, Osama Bin Laden o la parejita Kirchner.

A riesgo de ser caricaturizado, voy a insistir en que los mcs, ansiosos de impacto y espectáculo, suelen acomodar las noticias, distorsionar la realidad y crear estereotipos arbitrarios. Sobre todo las agencias internacionales de noticias, de ordinario informan con su carga tendenciosa y simplista.

Debemos precisar eso sí, para evitar malentendidos, que la vida ha demostrado que son preferibles los excesos cometidos por la libertad de expresión, que el empeño de los autoritarios en limitar o cercenar ese derecho humano vital para el funcionamiento de la convivencia democrática.

Lo anterior viene a cuento, porque nos llama la atención la trivialidad con que los mcs crean sus héroes y antihéroes. Veamos por ejemplo el caso de la joven dirigente estudiantil chilena Camila Vallejo, para ser heroína ella cumple tres condiciones que los medios establecen: es joven, bella y antinorteamericana.

La hermosa Camila es comunista, es decir, militante de un partido opresivo, con una ideología jurásica, más que fracasada dondequiera que gobernó.  O sea que la cabeza juvenil de la Vallejo, está saturada de ideas cavernícolas.

Tan patética es la cosmovisión de la mediática Camila, que se conocen sus cartas de admiración y solidaridad a los represivos hermanos Castro de Cuba y su marioneta y financista, Hugo Chávez. Ella cree que la Democracia que le ha permitido figurar y hasta aspirar a una curul parlamentaria, es burguesa y debe ser eliminada para instaurar el  paraíso comunista.

Pero los mcs están fascinados con la comunista Barbie y, desde luego, Sebastián Piñera es muy feo para el gusto de ellos.