Todo comenzó con el discurso del orador presidencial. Y esta vez para anunciar primero que se siente mucho mejor de salud, después de haber pasado por su tercera sesión de quimioterapia no en un hospital cubano sino de Venezuela.
También, en ese discurso, reconoció lo que muy pocos ignoran: que la medicina en este país es más avanzada que la medicina más estancada que se practica en la arruinada isla de los “come caca” y de los “balseros”.
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