sábado, 16 de abril de 2011

REFLEXIONES DE PEDRO CARMONA

El 11A de 2002 luce como una fecha distante, transcurrida ya casi una década, que no debe ser olvidada, como es inconcebible que después de más de doce aņos, permanezca en el poder un Presidente que fue electo sķlo por cinco, pero que con una impúdica astucia utilizķ la vía electoral como un medio para alcanzar la presidencia, perpetuarse en ella, y luego emprender la demoliciķn de la democracia desde adentro, sustituyéndola por una autocracia militarista de filiaciķn castro-comunista, al margen de la Constituciķn que el propio régimen impulsara en 1999. Mucho se ha escrito desde el 2002 en torno a las jornadas del 11 A, la multitudinaria marcha, la masacre provocada por los grupos de choque del oficialismo, y los complejos acontecimientos que sobrevinieron después, cuando se intentķ un cambio de rumbo en la conducciķn de la naciķn, en momentos en que el totalitarismo constituía una grave amenaza, y hoy es un hecho incontrovertible. 
La oportunidad es pues propicia para tratar de contextualizar la crisis actual y la de esas fechas, y responder a una desinformaciķn estimulada por la campaņa “goebbeliana” desplegada por el gobierno para descalificar, reescribir la historia de ese complejo capítulo y toda la historia patria, sin que falten opiniones superficiales de otros, para beneplácito del gobierno.