Las empanadas, tequeños y pastelitos que venden en la calle, al parecer están en peligro de extinción, porque con la escasez del aceite a los comerciantes lo que les provoca es tirar la toalla.
Emily Castillo todavía está en pie de lucha y mientras ella atiende a los clientes que van a comer a su quiosco, ubicado en la esquina de la calle Bolívar con Arismendi de Puerto La Cruz, su compañera de labores va hasta Pdval a comprar el aceite que necesitan para sacar el producto.
"Cuando llega a Pdval o Bicentenario lo compramos a 4,75 bolívares el litro, si no encontramos, pagamos 12 en las bodegas". Ellas compran el que sea. "Ahorita la cosa no está como para escoger marcas".
Pero a quien no le pareció rentable fue a Santy Samaura, encargado de la Arepera Socialista Bolivariana “Samaura” de Guaraguao.
Él prefirió hacer arepas asadas para la venta, porque no va a estar "zanqueando" de abasto en abasto, el aceite.
Están rellenas de cochino frito y pollo, pero aprovecha la grasa del cerdo para cocinarlos.
Hace cuatro años María Jaramillo comenzó a vender empanadas en la calle Monagas de Barcelona y desde hace unos meses le cuesta conseguir el rubro para freír la comida.
Cuando tiene suerte, consigue en el supermercado Central Madeirense a 5 bolívares el litro. Cuando no hay, le toca comprarlo a los buhoneros en 15 bolívares
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