BY ARMANDO GONZALEZ
Jimmy Carter ha pasado a la historia de Estados Unidos como ``el presidente que perdió Irán''. Durante la presidencia de Carter, Irán pasó de ser un importante aliado estratégico a una república islámica revolucionaria regida por fanáticos religiosos y extremistas musulmanes. El Sha de Irán no era un émulo de Thomas Jefferson pero mantenía a los extremistas bajo control y, en general, mantenía una imperfecta estabilidad que es, al fin y al cabo, lo mejor que puede esperar Estados Unidos de sociedades cuya cultura está anclada en el siglo VII.
Barack Obama corre el peligro de pasar a la historia como el presidente que perdió Turquía, el Líbano y Egipto y durante cuyo término las alianzas de Estados Unidos en el Medio Oriente se derrumbaron. Pero seamos justos con Obama. El heredó esos regímenes de sucesivas administraciones de ambos partidos. De triunfos y errores de presidentes que lo antecedieron. Pero eso no lo exime de su responsabilidad actual.
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