Siendo Comandante del Ejército en 1989 detuve a Chávez y a los conjurados para ejecutar en esos días el golpe que finalmente dieron en 1992. Este artículo relata la forma como los intrigantes de palacio desinformaron al Presidente Pérez y dejaron el camino abierto al proceso político que llevó a Chávez al poder. Este es mi homenaje póstumo al presidente quien aun después de semanas de haber muerto no logra descansar en paz.
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