Por Abel Ibarra
Es terrible que se sigan muriendo los amigos. El súper pana Toby (que en Estados Unidos se transformó sorpresivamente en José Rafael Alvarado Ruiz), me distrajo del recuento de noticias que hacía mientras manejaba hacia La Gaceta, en el “día de cierre” del periódico, para decirme que Manuel Bermúdez se había muerto: “despegó el hombre”, me dijo, y continuó con un cuento que desenhebra la fibra del personaje.
Resulta que hace algunos años, el negro Carlos González Vega (también escapado del planeta) y Toby, llamaron a Manuel para pedirle prestados unos libros porque necesitaban cierta información para un documental que estaban inventando. Transcurrió el tiempo, transcurrió la película, transcurrió la vida de Carlucho y los libros quedaron al cuidado del heterónimo Toby, quien volvió a marcar el teléfono de Manuel para devolverle el material que ya había cumplido su tarea.
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