PARA EVO EL DIALOGO ES CON GARROTE
Por Alexis Ortiz.
Ya hemos dicho que en Bolivia se juega en estos momentos el destino de la Democracia continental. No exageramos, si el neocomunismo toma definitivamente Bolivia, lo demás será coser y cantar para el populismo arrollador.
La gente buena de todas partes cree que en Bolivia hay un diálogo entre el gobierno y la oposición. La verdad es que para Evo Morales el supuesto diálogo es con un garrote. Mientras se reune con los prefectos democráticos, sus bandas armadas cercan a Santa Cruz y agreden a los opositores. El que no acepta las condiciones de Evo sufre atropellos y calumnias.
El propio Evo dejó muy claras sus intenciones cuando dijo en Nueva York, nada menos que desde la ONU, sobre los prefectos que no se quieren dejar avasallar, que desean un acuerdo justo y sincero: “A las buenas o a las malas el pueblo los va a obligar”. Desde luego que para Evo Morales el pueblo son sus pandillas armadas de garrotes y dinamita, listas para atacar a los adversarios desarmados.
Evo simula que dialoga y el mundo lo celebra. ¿Por qué ocurre tal contrasentido? Muy sencillo: a través de su manipulador García Linera, él recibe la asesoría de la dictadura cubana, perita en demagogia y represión; de Chávez tiene un financiamiento continuo, para pagar movilizaciones de sus cocaleros, soborno social y corrupción de funcionarios y militares; de la teocracia iraní y el autoritarismo ruso, consigue créditos y otros apoyos inconfesables…
Y lo más desalentador, para evitar que el neocomunismo promueva desórdenes y agitación en sus países, o simplemente por cálculos de negocios con los ricos en petrodólares, los gobernantes democráticos de Latinoamérica cierran los ojos ante los desmanes de Evo, los Castro, Chávez, Ortega o Correa, o hasta llegan a avalarlos, como ha ocurrido con estadistas que valoramos como la Bachelet, Lula y el tico Oscar Arias.
Por si fuera poco todo lo dicho, el discurso antinorteamericano de los neocomunistas, le recoge apoyos entre países y sectores distintos de todo el globo. Las ong´s, agencias internacionales de noticias y la divine gauche de todas partes, se entusiasman con cualquier resentido delirante que proclama la revancha contra el ogro imperialista.
En el caso de Evo Morales el asunto es aún más complejo. Como él es un mestizo que posa de indio, recibe las simpatías de los que por los cuatro puntos cardinales del planeta, como unos Rousseau redivivos, hierven de amor por los nobles salvajes, por los impostores disfrazados de caudillos de los irredentos. Así pasó con el comandante (o comediante) Marcos de Chiapas, y así ocurre con el Evo sindicalero de la coca.
No nos podemos cansar de decirlo, hay que respaldar sin ambages a la oposición democrática boliviana, que en estos momentos luchan en desventaja, pero sin miedo ni atraso, contra la máquina millonaria, belicosa y opresora del neocomunismo.
¡En este momento todos somos bolivianos! Del desenlace en Bolivia depende si tendremos un futuro democrático en Latinoamérica, o nos enfangaremos para siempre en el oscurantismo populista.
jalexisortiz@hotmail.com
Por Alexis Ortiz.
Ya hemos dicho que en Bolivia se juega en estos momentos el destino de la Democracia continental. No exageramos, si el neocomunismo toma definitivamente Bolivia, lo demás será coser y cantar para el populismo arrollador.
La gente buena de todas partes cree que en Bolivia hay un diálogo entre el gobierno y la oposición. La verdad es que para Evo Morales el supuesto diálogo es con un garrote. Mientras se reune con los prefectos democráticos, sus bandas armadas cercan a Santa Cruz y agreden a los opositores. El que no acepta las condiciones de Evo sufre atropellos y calumnias.
El propio Evo dejó muy claras sus intenciones cuando dijo en Nueva York, nada menos que desde la ONU, sobre los prefectos que no se quieren dejar avasallar, que desean un acuerdo justo y sincero: “A las buenas o a las malas el pueblo los va a obligar”. Desde luego que para Evo Morales el pueblo son sus pandillas armadas de garrotes y dinamita, listas para atacar a los adversarios desarmados.
Evo simula que dialoga y el mundo lo celebra. ¿Por qué ocurre tal contrasentido? Muy sencillo: a través de su manipulador García Linera, él recibe la asesoría de la dictadura cubana, perita en demagogia y represión; de Chávez tiene un financiamiento continuo, para pagar movilizaciones de sus cocaleros, soborno social y corrupción de funcionarios y militares; de la teocracia iraní y el autoritarismo ruso, consigue créditos y otros apoyos inconfesables…
Y lo más desalentador, para evitar que el neocomunismo promueva desórdenes y agitación en sus países, o simplemente por cálculos de negocios con los ricos en petrodólares, los gobernantes democráticos de Latinoamérica cierran los ojos ante los desmanes de Evo, los Castro, Chávez, Ortega o Correa, o hasta llegan a avalarlos, como ha ocurrido con estadistas que valoramos como la Bachelet, Lula y el tico Oscar Arias.
Por si fuera poco todo lo dicho, el discurso antinorteamericano de los neocomunistas, le recoge apoyos entre países y sectores distintos de todo el globo. Las ong´s, agencias internacionales de noticias y la divine gauche de todas partes, se entusiasman con cualquier resentido delirante que proclama la revancha contra el ogro imperialista.
En el caso de Evo Morales el asunto es aún más complejo. Como él es un mestizo que posa de indio, recibe las simpatías de los que por los cuatro puntos cardinales del planeta, como unos Rousseau redivivos, hierven de amor por los nobles salvajes, por los impostores disfrazados de caudillos de los irredentos. Así pasó con el comandante (o comediante) Marcos de Chiapas, y así ocurre con el Evo sindicalero de la coca.
No nos podemos cansar de decirlo, hay que respaldar sin ambages a la oposición democrática boliviana, que en estos momentos luchan en desventaja, pero sin miedo ni atraso, contra la máquina millonaria, belicosa y opresora del neocomunismo.
¡En este momento todos somos bolivianos! Del desenlace en Bolivia depende si tendremos un futuro democrático en Latinoamérica, o nos enfangaremos para siempre en el oscurantismo populista.
jalexisortiz@hotmail.com