
Se acabó la democracia venezolana
OSWALDO ALVAREZ PAZ
OSWALDO ALVAREZ PAZ
Caracas -- Cuesta escribir sobre el tema. Los diagnósticos están hechos y las predicciones que anunciaban la tragedia están más que cumplidas. Se acabó la democracia en Venezuela.
Llegamos al final de un intenso proceso de destrucción institucional de la república --las de orden público y también las del orden privado-- con la obsesiva intención de controlarlo todo para, desde las ruinas, iniciar la construcción del llamado ''socialismo del siglo XXI'', que no es sino el más perverso y criminal proyecto personalista y totalitario que ha conocido el país y buena parte del mundo.
Hay quienes me dicen con relación a nuestros artículos y declaraciones circunstanciales que reflejan el sentir de la mayoría de los venezolanos, pero que no ofrecen una solución concreta al problema. Es decir, que no planteamos caminos para restablecer la democracia, devolverle al país el perdido principio de la legalidad y un gobierno respetuoso del pluralismo político e ideológico al que aspiramos. Puede que sea cierto, pero lamentablemente no tenemos más que la palabra para fijar posición, tratar de crear conciencia sobre la urgente necesidad de cambiar el régimen y multiplicar las corrientes de opinión necesarias en los campos indispensables para juntos tratar de lograr el objetivo.
mayor informacion
http://www.elnuevoherald.com/392/story/268336.html
Llegamos al final de un intenso proceso de destrucción institucional de la república --las de orden público y también las del orden privado-- con la obsesiva intención de controlarlo todo para, desde las ruinas, iniciar la construcción del llamado ''socialismo del siglo XXI'', que no es sino el más perverso y criminal proyecto personalista y totalitario que ha conocido el país y buena parte del mundo.
Hay quienes me dicen con relación a nuestros artículos y declaraciones circunstanciales que reflejan el sentir de la mayoría de los venezolanos, pero que no ofrecen una solución concreta al problema. Es decir, que no planteamos caminos para restablecer la democracia, devolverle al país el perdido principio de la legalidad y un gobierno respetuoso del pluralismo político e ideológico al que aspiramos. Puede que sea cierto, pero lamentablemente no tenemos más que la palabra para fijar posición, tratar de crear conciencia sobre la urgente necesidad de cambiar el régimen y multiplicar las corrientes de opinión necesarias en los campos indispensables para juntos tratar de lograr el objetivo.
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