
China abrió sus compuertas y el mundo acudió a observar Adiós olímpico en Beijing
Las banderas nacionales de los países participantes ondean durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. (Foto EFE/BERND THISSEN)
China comunista abrió su mundo oriental, y occidente asistió a la invitación. Abrió su casa de misterios y el visitante recibió amistosa bienvenida.
El domingo, en la ceremonia de clausura de la extraordinaria olimpiada de Beijing, la hermandad humana comprobó que la quimera olímpica pervive. Que una vez cada cuatro años las naciones envían ejércitos de hombres y mujeres con bandera y garrocha en mano en vez de con tanques y granadas a una cita deportiva.
Y una juventud llena de sueños, vestida en uniforme deportivo, sale al terreno de juego a dar lo mejor de sí en pos gloria mientras el mundo observa su esfuerzo a veces inhumano. Y la concurrencia y los que observan a distancia en otros continentes se emocionan cuando el vencedor llora de júbilo rodeado de saludos y felicitaciones aun de atletas rivales derrotados. La olimpiada es recordatorio de hermandad. Es un recurrente mensaje de entendimiento entre los pobladores de este planeta.
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http://www.diariolasamericas.com/news.php?nid=60149
Las banderas nacionales de los países participantes ondean durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. (Foto EFE/BERND THISSEN)
China comunista abrió su mundo oriental, y occidente asistió a la invitación. Abrió su casa de misterios y el visitante recibió amistosa bienvenida.
El domingo, en la ceremonia de clausura de la extraordinaria olimpiada de Beijing, la hermandad humana comprobó que la quimera olímpica pervive. Que una vez cada cuatro años las naciones envían ejércitos de hombres y mujeres con bandera y garrocha en mano en vez de con tanques y granadas a una cita deportiva.
Y una juventud llena de sueños, vestida en uniforme deportivo, sale al terreno de juego a dar lo mejor de sí en pos gloria mientras el mundo observa su esfuerzo a veces inhumano. Y la concurrencia y los que observan a distancia en otros continentes se emocionan cuando el vencedor llora de júbilo rodeado de saludos y felicitaciones aun de atletas rivales derrotados. La olimpiada es recordatorio de hermandad. Es un recurrente mensaje de entendimiento entre los pobladores de este planeta.
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