GUILLERMO ARIAS, S.J.
Habrán oído repetir por ahí que, después de reconocer bajo amenazas ante el Tribunal del Santo Oficio que la tierra no se movía alredor del sol, Galileo rezongó exasperado: Eppur si muove! (¡Pero se mueve!), frase ''histórica'' que se ha constatado que se trata de una farsa. Fue inventada, sin más, en Londres el año 1757 por el periodista --o más bien novelista-- Giuseppe Baretti.
Como quiera se sigue repitiendo, ya que según una encuesta realizada por el respetado Consejo de Europa entre sus estudiantes de ciencias, el 30% aseveraba que Galileo fue quemado vivo en la hoguera y el 97% alegaba que fue sometido a torturas. No sé si alguien les habrá aclarado ya que los hechos son otros: Galileo no pasó ni un solo día en la cárcel, ni sufrió género alguno de violencia física. Al contrario. Durante el proceso le alojaron en un confortable palacete vaticano con servicio completo. Después de la sentencia paso unos días en la maravillosa Villa Medici y de allí marchó --en condición de huésped-- al palacio de su gran amigo y discípulo el arzobispo de Siena.
MAYOR INFORMACION
http://www.elnuevoherald.com/opinion/story/154299.html
