ELECCIONES NORTEAMERICANAS SIN LATINOS
Por Alexis Ortiz.
Actualmente se desenvuelve el proceso de elecciones primarias para la escogencia de los candidatos presidenciales de los grandes partidos norteamericanos. Entre los Demócratas los senadores Hillary Clinton y Barack Obama parecen llevar la delantera. Del lado Republicano la contienda està muy cerrada entre el senador John McCain; el ex Alcalde de Nueva York Rudy Giuliani; y los ex gobernadores Mike Huckabee y Mitt Romney.
La competencia serìa muy emocionante por lo pareja si se tratara de un evento deportivo. Pero es en buena medida inquietante habida cuenta que el debate electoral luce inconsistente, si se considera que lo que està en disputa no es un premio menor, sino la propia presidencia de la naciòn màs poderosa del planeta.
Priva el discurso para todos los gustos. El discurrir sin compromiso. La tiranìa de las encuestas y el chantaje de lo políticamente correcto, que convierten a los asesores electorales en màs importantes que los candidatos, a la imagen superior a las defensa de las ideas propias y la elocuencia evasiva en màs rentable que la verdad y el respeto al elector.
Grandes desgarramientos de popularidad sufren los precandidatos cuando corren el riesgo de la sinceridad. Tales son los casos de aspirantes numéricamente marginales como Dennis Kucinich y Ron Paul, y, hasta de uno con màs chance como John McCain.
En medio de ese claroscuro encandilante, los temas del debate parecen ser la Economía, sobre todo en lo que se refiere a la reducciòn de impuestos y el freno a una posible recesiòn y la disminución del gasto pùblico; la lucha contra el terrorismo que queda reducida a la pertinencia de la continuación de las tropas en Irak; el peso de la burocracia de Washington; el aborto y matrimonios entre homosexuales; el calentamiento global; en fin un grueso paquete de temas, que en otras circunstancias no serìan aèreos, donde no asoma la nariz ni para una ligera respiración Latinoamérica.
A no ser que la incluyamos en la histeria antiinmigrantes ilegales que ha atrapado a candidatos y comentaristas mediàticos, y que bloquea cualquier posibilidad de soluciòn sensata del problema a corto plazo. Claro, de vez en cuando se menciona a Fidel Castro o a su aliado Hugo Chàvez, sobre todo si los aspirantes visitan el sur de la Florida.
Asì se revela el recurrente desencuentro entre las dos Amèricas. A los del norte no les interesamos y los del sur no renunciamos al ancestral resentimiento antinorteamericano. A ambos nos cuesta entender que en las condiciones de la competencia global, debe ser un objetivo comùn un continente americano integrado en la democracia, la economìa de mercado y el pluralismo ètnico, lingüístico y cultural.
Entonces esta Democracia que es paradigma mundial, debe regresar a un modelo electoral que, como sostiene el asesor de campañas comiciales Dick Morris, entienda que:”El mensaje es màs importante que el dinero; los temas son màs poderosos que la imagen; la estrategia importa màs que la tàctica; los avisos positivos son màs influyentes que los negativos; los valores importan màs que la economía…”.
Y desde luego que permita abrir un espacio para la discusión de los grandes temas de las dos Amèricas, cree un atractivo electoral adicional para los nueve millones de electores hispanos de EEUU y conduzca al inevitable encuentro entre dos porciones de un continente, que estàn històricamente condenados a entenderse.
jalexisortiz@hotmail.com
Por Alexis Ortiz.
Actualmente se desenvuelve el proceso de elecciones primarias para la escogencia de los candidatos presidenciales de los grandes partidos norteamericanos. Entre los Demócratas los senadores Hillary Clinton y Barack Obama parecen llevar la delantera. Del lado Republicano la contienda està muy cerrada entre el senador John McCain; el ex Alcalde de Nueva York Rudy Giuliani; y los ex gobernadores Mike Huckabee y Mitt Romney.
La competencia serìa muy emocionante por lo pareja si se tratara de un evento deportivo. Pero es en buena medida inquietante habida cuenta que el debate electoral luce inconsistente, si se considera que lo que està en disputa no es un premio menor, sino la propia presidencia de la naciòn màs poderosa del planeta.
Priva el discurso para todos los gustos. El discurrir sin compromiso. La tiranìa de las encuestas y el chantaje de lo políticamente correcto, que convierten a los asesores electorales en màs importantes que los candidatos, a la imagen superior a las defensa de las ideas propias y la elocuencia evasiva en màs rentable que la verdad y el respeto al elector.
Grandes desgarramientos de popularidad sufren los precandidatos cuando corren el riesgo de la sinceridad. Tales son los casos de aspirantes numéricamente marginales como Dennis Kucinich y Ron Paul, y, hasta de uno con màs chance como John McCain.
En medio de ese claroscuro encandilante, los temas del debate parecen ser la Economía, sobre todo en lo que se refiere a la reducciòn de impuestos y el freno a una posible recesiòn y la disminución del gasto pùblico; la lucha contra el terrorismo que queda reducida a la pertinencia de la continuación de las tropas en Irak; el peso de la burocracia de Washington; el aborto y matrimonios entre homosexuales; el calentamiento global; en fin un grueso paquete de temas, que en otras circunstancias no serìan aèreos, donde no asoma la nariz ni para una ligera respiración Latinoamérica.
A no ser que la incluyamos en la histeria antiinmigrantes ilegales que ha atrapado a candidatos y comentaristas mediàticos, y que bloquea cualquier posibilidad de soluciòn sensata del problema a corto plazo. Claro, de vez en cuando se menciona a Fidel Castro o a su aliado Hugo Chàvez, sobre todo si los aspirantes visitan el sur de la Florida.
Asì se revela el recurrente desencuentro entre las dos Amèricas. A los del norte no les interesamos y los del sur no renunciamos al ancestral resentimiento antinorteamericano. A ambos nos cuesta entender que en las condiciones de la competencia global, debe ser un objetivo comùn un continente americano integrado en la democracia, la economìa de mercado y el pluralismo ètnico, lingüístico y cultural.
Entonces esta Democracia que es paradigma mundial, debe regresar a un modelo electoral que, como sostiene el asesor de campañas comiciales Dick Morris, entienda que:”El mensaje es màs importante que el dinero; los temas son màs poderosos que la imagen; la estrategia importa màs que la tàctica; los avisos positivos son màs influyentes que los negativos; los valores importan màs que la economía…”.
Y desde luego que permita abrir un espacio para la discusión de los grandes temas de las dos Amèricas, cree un atractivo electoral adicional para los nueve millones de electores hispanos de EEUU y conduzca al inevitable encuentro entre dos porciones de un continente, que estàn històricamente condenados a entenderse.
jalexisortiz@hotmail.com