Por: ROMULO E LANDER HOFFMANN
No cabe la menor duda de que en cualquier economía deben existir elementos de planificación y control. En el caos nada puede realizarse, pero controlar por el poder mismo, resulta altamente costoso, ineficiente y sobre todo destructivo.
La planificación Centralizada es el control total de los elementos económicos, en tanto que la descentralización es libertad controlada para la asunción del riesgo sobre los resultados. No hay dudas de que la descentralización del poder estatal y la promoción de las empresas privadas son el camino para la reconstrucción de nuestro aparato económico pero… ? Está Venezuela lista para entender y asumir estas responsabilidades después de nueve largos años de este desastre, de este pastel comunista y de esta negativa constante de valores éticos a las actividades que forman el tejido empresarial de un sistema de libre empresa?Creo que nos costara bastante retomar esa senda, por cierto ya transitada, pero seguro estoy que lo lograremos. Pese a todas las dificultades, nuestro tejido empresarial esta allí intacto y esperando a que las oportunidades de re-crear al país se presenten. Poseemos un inmenso contingente de gente bien preparada que solo esta a la espera de que las condiciones para invertir y desarrollar al país sean las apropiadas para asumir el riesgo. La legitimizacion de la libre empresa es básica para la estabilidad política de cualquier país y seria imposible de lograr si las oportunidades económicas quedaran solo abiertas al estado.No cabe la menor duda de nuestro país pasó en un corto periodo de tiempo (1940 – 1980) de ser de un pequeño país rural, a uno en vías de desarrollo y esto se logro no solo por las políticas de estado de quienes tuvieron esta responsabilidad (haciendo abstracción de los episodios de corrupción, que fueron muchos), sino de la empresa privada que en esos 40 años lograron desarrollar un parque industrial y muchas de esas industrias con tecnologías de punta, que en algunos casos estaban a la cabeza de los países Latinoamericanos.Podemos acordar que no todos han sido lo suficientemente honestos, pero ello no significa que debamos satánizar a la institucionalidad de la empresa privada, sino por el contrario, debemos reforzarla y a la vez reforzar a la institucionalidad vía un sistema judicial probo y eficiente que controle a los oportunistas, elementos por cierto que están presentes en todos los modelos de desarrollo económico y muy especialmente presentes en los modelos económicos centralizados. Nuestra gente necesita y debe ser parte activa de un proyecto que potencie sus habilidades empresariales. En cada mini empresario que hoy día subsiste gracias a la economía informal hay una posibilidad cierta de desarrollo, solo se necesita del apoyo del estado promotor para lograrlo.Si revisamos el éxito o fracaso de las economías mundiales, sean estas de corte capitalista o de economías con acento social (como las llamo yo) encontraremos que todas ellas, sin excepción, han basado su desarrollo y su éxito en la promoción y fortalecimiento de la empresa privada. Unica vía de generación de una riqueza reproductiva que permite el ascenso real de las personas y de los grupos sociales a niveles de bienestar superiores.
El desarrollo de la libre empresa en Venezuela debería concentrarse en las zonas rurales del país y debería ser el estado el promotor a través de políticas económicas de estado; inyectando recursos a la actividad agrícola, minera e industrial, aportando seguridad jurídica y marcos regulatorios claros quien motorice el desarrollo del país. Organizando formas de propiedad privada tanto individuales como colectivas que sustituyan el actual modelo de propiedad colectivizada que el gobierno pretende imponernos. Del estado totalitario solo queda el cansancio.
Amanecerá y Veremos.
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VENEZUELA AL DIA