viernes, 12 de octubre de 2007

DESAGRAVIO A FELIPE PIRELA


Desagravio a Felipe Pirela
Abel Ibarra

Confieso que me asusté muchísimo cuando recibí en mi correo electrónico el blogpost “La Empresa Privada”, contentivo (aunque debería decir “conteniendo”, por lo pobre de su presentación y propósito), de un conjunto de artículos para legitimar la figuración de Gustavo Cisneros en “La Conferencia de las Américas”. Digo que me asusté porque allí apareció un comentario a “El capitalismo, el socialismo y el bolero”, mi columna de la semana pasada y creí que era un reclamo de Felipe Pirela por haberlo metido en el mismo combo de Chávez y Cisneros. Pero volví a mis cabales cuando vi que la nota calzaba la firma de Bartolomé Pérez, el dueño de la página.
Que tipo tan amable, pensé. Su porfía comenzaba diciendo que: “Por su lectura aprecio que Abel Ibarra es un intelectual amante de la literatura, bueno en la redacción…”. Pero luego de la introducción (cuidao con una vaina) dejó el trato caballeresco para acusarme de que soy “poco conocedor de la economía y la historia contemporánea de los medios de comunicación en Venezuela”.
Por poco salgo corriendo a buscar “La riqueza de las naciones”, de Adam Smith, el padre del Capitalismo, para intentar una respuesta docta, pero, al continuar la lectura, me di cuenta de que Bartolo tampoco sabe nada de economía.

En el medio del medio
En cuanto a la historia contemporánea de los medios de comunicación en Venezuela, mi no muy querido Bartolo, debo decirte, sin modestia alguna, que algunas líneas ayudé a escribir. Desde “Monte sus cauchos Good Year” del recordado profesor Negrón, pasando por “La craneoteca de los genios”, hasta “Valores Humanos”, del Dr. Uslar Pietri, no había habido un programa “cultural” tan exitoso como el “Concurso Millonario”, cuyo inventor, productor, asesor y novio de la madrina, fue el hijo de Doña Carmen Díaz de Ibarra. O sea yo.
Si te encuentras con Napoleón Bravo, con Erika Jonson, Eva Gutiérrez, Henry Zakka, Mariela Romero o Guillermito González, figuras todas de reconocida trayectoria televisiva, pregúntales acerca de la calidad de los programas que tuve en suerte producir, cuando trabajé en Radio Caracas Televisión.
O, si prefieres, Tolo (perdóname el exceso de confianza) habla con los periodistas venezolanos que trabajan en la Florida, porque seguro te vas a encontrar con algunos a quienes ayudé a formar, cuando fui profesor de “Periodismo Televisivo” y “Producción de T.V.”, en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela.
Ah, pero eso sí, si trabajan en Venevisión, hazte el loco, no vaya a ser que el Sr. Cisneros les haga pagar los platos rotos por mí.

Elogio de la locura
El título de esta sección no se refiere al libro de Erasmo de Rótterdam, sino a la tesis central de la conferencia de Gustavo Cisneros cuando plantea que “El desafío es erradicar la pobreza”, lo cual me parece un disparate y un exceso de crueldad. Dígame esa vaina, al conferencista no le basta con que ya los pobres la pasen bastante mal, sino que ahora quiere erradicarlos.
No voy a perder tiempo refiriéndome a otros argumentos anodinos planteados por Bartolomé Pérez para descalificar mi artículo. Sólo me voy a detener en un párrafo de su nota, en la cual dice textualmente: “Venevisión no está ni con el gobierno ni con la oposición (…) está con Venezuela”. Según esta declaración de principios (o de finales), Venezuela es una virgen vestal encerrada en un limbo, protegida por el cinturón de castidad de Venevisión, para evitar que Chávez se la viole.
No Bartolomé, Cisneros sí está con el gobierno, mejor dicho, tratando de que no lo saquen, sobre todo para seguir acumulando el dineral que le chorrea de la publicidad que perdió RCTV cuando la cerraron. Fíjate que ahora le cambió el color al uniforme de los Leones del Caracas, el mejor equipo del béisbol venezolano. Se lo puso “rojo rojito” para mariconearlos frente al Magallanes, equipo de segunda preferido por Chávez. Así lo torea tratando de demorar el momento en el cual seguramente se lo llevará por los cachos, como les pasa a todos los que se la echan de neutrales.

Desagravio
Felipe, panita, discúlpame por haberte puesto a hacer comparsa con estos tipos, cuando vos venís de los Pirela de Maracaibo y te convertiste en el “Bolerista de América” a punta de tu sola voz. Es que ese día cerraban una librería aquí en Tampa y entre libro y libro que compré a precios de remate (bargain, llaman por aquí ese asunto) encontré una antología de tus boleros y cuando me fui oyéndolo en mi carro me puse triste por una canción que se llama “Espuma”.
Para deshacer este entuerto y vengarme de Cisneros, renuncio a mi militancia en los Leones de Caracas, equipo al que he pertenecido toda mi vida. De ahora en adelante y en tu homenaje, me paso para “La Águilas del Zulia”, el estado del cual eres hijo predilecto. Vale.