Las encuestas no miden los movimientos subterráneos de la opinión, el entusiasmo que se vio en Tucacas era el mismo con el cual en ese lugar recibieron a Chávez en 1998, cuando prometía freír en aceite a los adecos y copeyanos.
Hace bien en multiplicar las cadenas Chávez, no le queda otra. Cada día Capriles cree más en sí mismo, y a Chávez le ocurre lo contrario, en el bunker en que se ha convertido Miraflores.
La verdad de la frase famosa de Mao Tse-tung sobre la chispa que incendiará la pradera se comprueba en las grandes campañas electorales, esas que nacen del entusiasmo popular, y que ahora se pone de manifiesto, por ejemplo, cuando toda la población de Tucacas, incluidos los chavistas, acuden a un acto de Capriles Radonski.
continua
http://elrepublicanoliberal.blogspot.com/2012/06/fausto-maso-venezolanos-en-las-azoteas.html