martes, 15 de febrero de 2011

La otra cara de la frustración

CARLOS ALBERTO MONTANER: 

Muchos egipcios quieren democracia. No sabemos cuántos ni a qué aluden cuando piden democracia, pero presumimos que se refieren, aunque sea vagamente, a elecciones y prensa libre, parlamento plural, multipartidismo y separación de poderes. Esos son los atributos clásicos y básicos de la democracia liberal. Muchos egipcios están cansados del gobierno monocolor instalado en El Cairo desde que el coronel Nasser dio un golpe militar en 1954.
¿Por qué quieren los egipcios democracia y libertades? Algunos, probablemente no demasiados, porque desean tomar sus propias decisiones. Les gusta construir sus vidas con actos voluntariamente escogidos. Pero otro porcentaje, seguramente mayoritario, está inconforme con los resultados materiales del mundo en el que viven. Son gentes hartas de la miseria, la pobreza y la falta de oportunidades.
En Egipto, cuando hay trabajo, está muy mal remunerado. El sistema público de salud y el de educación son pésimos. Muchas personas pasan hambre. La verdadera función de la policía no es proteger a los ciudadanos, sino extorsionarlos o amedrentarlos. El poder judicial es la cueva de Alí Babá, al servicio de los poderosos. El Estado es un desastre patrullado por incompetentes y ladrones. Así, dicen, no se puede seguir viviendo.

Read more: