BY RICARDO TROTTI
El año terminó con una interesante polémica. El público votó en forma abrumadora por Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, como ``personaje del año'', pero los editores de la revista Time escogieron sabiamente a Mark Zuckerberg, el fundador de la red social Facebook.
En materia de comunicación, las creaciones de ambos hombres figuran entre las más relevantes de la década que termina, pero concuerdo con la decisión de Time.
Aunque la fuerza de WikiLeaks al publicar ilimitados materiales secretos e incómodos podría desestabilizar a un gobierno o cambiar las formas de hacer política, en el fondo no es más que el aprovechamiento potenciado de las nuevas tecnologías por parte del periodismo tradicional. Su valor radica en la denuncia y la creación de agenda pública dentro de un esquema de comunicación vertical, de emisor a receptor.
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