Carlos Andrés Pérez (CAP) murió desterrado, con su reputación dañada, su partido político en ruinas y su intento de modernizar a Venezuela fracasado. Es fácil imaginar que la acusación que más le dolía es que sin él, y sus muchos errores, Hugo Chávez y la tragedia histórica que este representa se hubiesen podido evitar.
No hay dudas de que Carlos Andrés Pérez es culpable de muchas de las acusaciones que se le hacen. Pero tampoco hay dudas de que este hombre tan defectuoso fue un venezolano excepcional y un gigante moral y políticamente superior a la gran mayoría de sus acusadores. ¿Se imagina usted a alguno de quienes lo defenestraron políticamente -el teniente coronel, los intelectuales, los dueños de los medios de comunicación, sus columnistas, los grupos económicos o los demás líderes políticos del momento- tomando voluntariamente medidas que reducen su poder? Carlos Andrés Pérez podía nombrar a dedo a gobernadores y alcaldes. En cambio, promovió reformas que permiten a los ciudadanos elegirlos directamente, lo cual obviamente redujo su poder.
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