BY THOMAS WENSKI
El hecho de que no se haya aprobado una amplia reforma de inmigración en Congresos consecutivos tiene consecuencias reales. En la Florida y en otros lugares, los líderes de la agricultura y del comercio enfrentan una pérdida económica si no hay trabajadores disponibles para hacer las labores que, de otra manera, no serán realizadas. Pero la mayor tragedia es que las consecuencias se reflejan más allá de los índices económicos. Tienen rostros humanos, los rostros de millones de hombres, mujeres y niños quienes, debido a la falta de soluciones legales para resolver su estado inmigratorio, viven en un limbo aterrador en donde sus vidas y sus futuros han quedado en suspenso por tiempo indefinido.
Sin embargo, el Senado de Estados Unidos puede, en parte, redimirse durante esta sesión del Congreso saliente, ofreciendo al menos un pequeño alivio a una población bastante discreta: los niños. Estos niños se encuentran como ``indocumentados'', pero no por culpa propia. Llegaron a este país con sus padres --en muchos casos como infantes-- y muchos se han destacado en la escuela; tendrían futuros brillantes si sólo tuvieran estado legal. Este es el momento para que nuestros senadores tomen acción y aprueben el DREAM Act (Acta de Fomento Para el Progreso, Alivio y Educación de Menores Extranjeros).
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