Por JUAN CARLOS CHAVEZ
El éxodo que caracterizó al Puente del Mariel en 1980 no solo representó el comienzo de una nueva vida fuera de la isla. También fue la oportunidad para que muchos cumplieran sueños y retomaran tradiciones familiares.
Este fue el caso del comerciante Rubén Valdés, dueño de la cadena Valsan, que ayer sábado inauguró una nueva megatienda de $3 millones, ubicada en el 8508 SW y Coral Way, en Westchester. La ocasión se marcó con espíritu festivo y precios rebajados que llamaron la atención de un mar de compradores.
"El éxito está en la mano de Dios'', afirmó Valdés mientras observaba la respuesta de la gente y seguía con interés el servicio y la atención personalizada de sus empleados. "Parece que todo va a suceder del modo que hemos previsto'', añadió.
En medio de una economía que encara más de un problema para salir a flote y presupuestos familiares ajustados, la apertura de megatiendas de ropa, calzado, perfumería y joyas, entre otros artículos, pudiera representar un paso arriesgado. Sin embargo, cuando un buen número de personas se arremolinaron e hicieron fila a la entrada del recién estrenado local otra respuesta parecía consolidarse sobre el terreno, al calor de un lugar ideal para estirar el dinero.
"Aprovechamos los precios mayoristas'', comentó con tono relajado Félix Prieto, de 27 años, un exiliado cubano que llegó a comprar a Valsan.
El hombre acudió a la inauguración junto con su novia y un grupo de amigos que también aprovecharon las ofertas a mitad de precio. "Para nosotros, que tenemos a nuestra gente allá [en Cuba] con tantas necesidades, comprar barato es ley'', agregó.
Prieto gastó aproximadamente $280. Su novia Martha, de 24 años, tampoco quiso marcharse a casa con las manos vacías y desembolsó unos $130.
"Es hora de hacerlo'', dijo la joven..
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